miércoles, febrero 24, 2010
Pregunta de examen
(Exprésense las cantidades en milésimas de segundo)
Oficialmente he vuelto...
Ya casi vengo, lo prometo.
Recuerdos
MORIR CUERDO, VIVIR LOCO - o cuando le rompí el puño al otro con mi cara –
El exceso de comida y alcohol, que también es refugio de los excesos que tiene la vida con uno mismo, ha puesto en la cama a Víctor Hugo, un guerrero de la medicina. Lo conozco de la primaria. A esa edad sólo te importa que el otro no te gane a los puñetazos, incluso el presume haberle roto los puños algún otro con la cara de ves en cuando.
Pero cuando se hable de Víctor Hugo, hay que hablar de su entorno, un mundo difícil, sin padre y una madre que sola, trabajaba desde las clases de una primaria federal. Y que desde la lucha por una plaza en la SEP, la señora con estragos y no menos sacrificios pudo pagar a duras penas el colegio de su hijo con los hermanos de las escuelas cristianas, que si bien son muy cristianas no dejan de cobrar un solo mes la colegiatura.
Y en un ambiente ochentero, priista, con lo medios de comunicación sujetos, con una Televisa fiel soldado del gobierno, con una inflación de más de tres dígitos y con la película del Mil Usos de Rivera como “bandera” crítica, Víctor Hugo y su madre se fueron abriendo camino, puñetazos tras puñetazos ya sea de los compañeros, ya de la vida.
El Javier “el Vasco” Aguirre, el entrenador de la selección nacional de futbol, que debo reconocer cuando quiere es simpático y buen motivador, fue entrevistado en España por el comunicador José Ramón de la Morena sobre la selección mexicana. Algo normal es un programa deportivo ¿no?
En la entrevista y a pregunta explícita sobre el país, el Vasco responde que México está “jodido, jodido”, que “México se moverá de entre los diez y quince lugares del ranking mundial, para cuestiones de la justa mundialista”, y que una vez terminado el mundial, “dejará la selección para buscar un lugar entre los equipos de España, Italia o Inglaterra”. Al final de las cuentas: “hablo muy bien inglés”, dijo el “masiosare” ahora está hecho todo un español.
La palabra “jodido” tiene otra connotación en España. Allá es de uso orientado al “mal estar “. En México tiene otro: “mal ser” o “mal vivir”. El sentido tiene una raigambre más profunda, más sentida y más específica. Decir en México que México está jodido, no es sólo una adjetivización peyorativa que trata de clarificar una circunstancia desafortunada, es una ofensa injusta y desproporcionada a un país que más grande que sus problemas, lo que necesita es reconocimiento, alta autoestima, verdades elevadas y a su gente, sobre todo a “su gente”.
Exabrupto infame del entrenador de la selección nacional de fut bol, que debiendo ser el primero en proponernos más altura, más aspiración, más sueños de conquista – que entre otras cosa, para eso le pagan los empresarios mexicanos, y le pagan bien -, se revuelca en la mediocridad de su inteligencia y su acomodaticio origen en palabras que se ”justifican” porque presentan como verdad.
Los señores Aguirre, vinieron a México y aquí no se les secuestro a diario, ni se les robó a diario, ni se les cerraron las puertas a diario. Se les brindó la oportunidad para aquí su hijo estudiara, fuera un ser humano íntegro y jugara futbol.
Las “verdades” del Vasco son limitadas y torpes. Habrá que explicarle al señor Javier Aguirre que no todo aquel que dice la verdad actúa bien. Habrá que explicarle aquello de que: “la verdad en menester saberla decir como también saberla callar”.
México no está jodido, tiene jodidencias como todas las naciones. Tiene un crimen organizado poderoso pero que está siendo combatido. México tiene pobreza, pero mucha dignidad en su gente, que como dice Benedetti : “saben de dónde asirse” .
Creo que Aguirre con sus millones de dólares, teniendo su familia dispersa entre la muy cubana Miami y Madrid, se le ha olvidado que los mexicanos “no nos vale madres” si ganamos o no el mundial, y que aunque son otros los problemas que debemos resolver, tampoco “nos vale madres” si se larga o no a España. Porque que nunca olvidamos a los renegados, – que equiparamos mucho a los traidores -, que habiendo comido del país, lejos de luchar por mejorarlo, lo desprecian.
En esta semana operarán a Víctor Hugo. Ahí estarán su esposa y su mamá. Lo operarán médicos mexicanos, con tecnología mexicana y con sapiensa mexicana, nada jodida por cierto. La señora, debe sentirse orgullosa, pues más allá de su viudez temprana le dio a su hijo carrera con su oficio de maestra de primaria normalista; él, le devolvió el fruto de sus desvelos con un flamante título de médico con especialidad en ginecoobstetricia, una casa y una familia. Un mexicano ejemplar, que lejos de quejarse del México jodido, se puso a trabajar para hacerlo un México posible, un México mejor, no importando que se gane o no el mundial de fut bol.
Víctor Hugo, su señora madre y como muchos otros mexicanos, vamos enfrentando a la vida, rompiéndole los puños con la cara. ¿Habrá otra forma?