jueves, marzo 09, 2006

Años atrás

Hace ya algunos años, fui una niña solitaria, me gustaba jugar sola y jugaba sola porque cuando jugaba con los demás niños me tocaba ser la amiga del bueno o del malo, osea, una especie de actor de reparto.
Pero un infausto día ocurrió lo que tenía que ocurrir. Me tocó ver "Los cazadores del arca perdida", a partir de entonces mi vida giró, no sé cuánto, pero giró. Lo que el Llanero solitario hizo en muchos niños de otras generaciones, Indiana Jones lo hizo en mi, era fascinante ver a ese tipo someter a los malos con su látigo, enfrentarse con serpientes, buscar tesoros, eludir rocas esféricas, saltar de un vagón a otro en un tren en marcha y no se que otras aventuras más
.
Al salir del cine, ya sabía como quería ser. Y a partir de ese momento mis solitarios juegos se desarrollaban en el patio de mi casa, transformada en una selva llena de infortunios. A falta de serpientes, los escarabajos que vivían en los troncos de los árboles tomaban ese rol, y sin tener un látigo, las guías del pasto eran perfectas para esto, cientos de insectos murieron en cumplimiento de su papel actoral.

En el patio de mi casa había un árbol muy grande, el cual nos daba trabajo a mi hermana y a mi los otoños, barriendo y recogiendo hojas caídas. Uno de los juegos favoritos de mi hermana era subirse a ése árbol. Yo no me atrevía, demasiado silvestre para mí.
Pero ahora que era la versión femenina de Indiana Jones de la Versalles (la calle donde vivo), subirse a ése árbol era una obligación. De un brinco alcancé la rama más baja y de ahí seguí trepando como chango apoyándo brazos y piernas en coyunturas y hojas secas. Al fin estaba bien acomodada en lo alto, vi la azotea de mi casa, el patio de la casa del vecino y su perro ladrándome. Debí haber imaginado algo así como: "Recórcholis, será difícil llegar a esas tierras con esa bestia ahí". (El "recórcholis" está justificado por los cómics que leía, osea, no hablaba así de niña, no era tan rara).

Luego de mi triunfal ascenso, decidí que era hora de bajarme del árbol. Me quedé un momento pensando y me dije: "¿Y ahora cómo le hago?", me sujeté de la rama más cercana, pero mis piernas no querían seguirme, luego pensé que mejor bajaba primero las piernas y luego lo demás, pero mis brazos no querían lo mismo, la mitad de mis extremidades que se mantenían arriba tenía miedo de caer y azotar junto con mi humanidad.
Entonces hice lo que toda heroína debe hacer en un caso como estos: Llamarle a su mamá.
Le grité a mi progenitora a todo pulmón, pero nadie acudía a mi rescate. Me cansé de gritar y me estuve ahí arriba hasta que se estaba metiendo el sol. Me gustaría saber que pensaba en ese ratote que estuve en la cima, quizá maldecía a Spielberg por las mentiras tan chidas que nos contaba, o a lo mejor me acordaba de la tarea de la escuela que no había hecho por andar de inadaptada jugando sola, o me entretenía aplastando escarabajos pensando que eran serpientes que me atacaban.
Fue entonces que mi madre salió a avisarme que ya estaba la cena, yo sentí que llegaba el ejército inglés a rescatarme.
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Años más tarde, trataba de conciliar el sueño y encendí la radio para tener algún arrullo. A punto de caer dormida, oí algo como que a un tipo le habían robado el mes de abril, que recostaba su cabeza en el hombro de la luna, que se sentía torpe como un suicida sin vocación, lascivo como el beso del coronel e inquieto como párroco en un burdel. Luego el trasnochado locutor decía: “Y esto fue Joaquín Sabina”. Y me dormí.

Al otro día traía el nombre de Joaquín Sabina en la cabeza. En esa época yo ya ganaba dinero pues trabajaba en una fábrica de conservas (muy buenas por cierto), así que fui a la tienda de discos y compré el casette más reciente de Sabina, titulado “Física y Química”.
Llegué a mi casa, lo oí, después lo volví a poner, y luego otra vez. Al final ya sabía como quería vivir mi vida. La última canción del álbum se llama “Pastillas para no soñar”:

SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ NO PRUEBES LOS LICORES DEL PLACER./ SI ERES ALERGICO A LOS DESENGAÑOS/ OLVIDATE DE ESA MUJER./ COMPRA UNA MASCARA ANTIGAS,/ MANTENTE DENTRO DE LA LEY./ SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ HAZ MUSCULOS DE 5 A 6./ Y PONTE GOMINA QUE NO TE DESPEINE/ EL VIENTECILLO DE LA LIBERTAD./ FUNDA UN HOGAR EN EL QUE NUNCA REINE/ MAS REY QUE LA SEGURIDAD,/ EVITA EL HUMO DE LOS CLUBS,/ REDUCE LA VELOCIDAD,/ SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ VACUNATE CONTRA EL AZAR./ DEJA PASAR LA TENTACION/ DILE A ESA CHICA QUE NO LLAME MAS/ Y SI PROTESTA EL CORAZON/ EN LA FARMACIA PUEDES PREGUNTAR:/ ¿TIENEN PASTILLAS PARA NO SOÑAR?/ SI LO QUE QUIERES ES CUMPLIR CIEN AÑOS/ NO VIVAS COMO VIVO YO.
Después de estos sabios consejos, y de haber conseguido un par de discos anteriores a éste, aproveché la primera invitación de mis amigos para salir a pasar un bonito momento de sano esparcimiento. Llegamos a un antro, ya había ido antes a ese lugar, pero no con mi nueva faceta de maldita de la noche, la calle y los perdedores. Mientras mis amigos platicaban de cosas de la vida, yo pensaba que "es mentira que no tenga enemigos, es mentira que no tenga razón, es mentira que acepte que el ombligo del mundo no soy yo". Y así nos dieron las diez y las once, las doce, la una y las dos y las tres. Y yo estaba más alcoholizada que lo que nunca había estado en todos los años de mi vida.

Me fui a mi casa, me acosté y mientras todo me daba vueltas pensaba: ¿Y ahora quién me bajará de este árbol?

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Guauuuuuuuuuuu gallaaaaaaaaaaaaaa, me encanta las cosas que escribres, te digo una ? hasta te alcanze a ver los calzones cuando dijiste que estabas subida en el àrbol gallaaaaaaaa, sos top.

Pero te digo una mala ? creo que a esta etapa de tu vida, ya tienes que saber como bajarte de los arboles y ojala tambien sepai diferenciar cuando realmente estai en el arbol y cuando solo creis estarlo. pero no entiendo porquè tenis que bajarte del arbol gallita, tal vez solo tenis que invitar a alguien para que este alli arriba contigo y ya luego bajan juntos. Pa los lectores y pa ti, noooo, no estoy siendo hincha de aguien, èso que dije siempre lo creido asi.

Anónimo dijo...

Ja, las cosas qeu yo habria querido poner aqui, ya las puso la Anto. Si quieres alegorías te diré que no veo ni malo ni bueno estar arriba de ese arbol que vos decis piba, el quilombo es estarse mucho tiempo dicidiendo si voy a bajar o si mejor me quedo alla arriba viste.

Anónimo dijo...

Hablando de quilombos. A mí también me dan ganas a veces que vengan mis padres a bajarme de árboles y a sacarme de los medios embrollos que no logro entender. :(

A veces me recuerdo que las cosas eran muy fáciles, sólo tenía que esperar que llegara a ellos y listo, me hacían un masajito en la cabeza y listo.... ¡santo remedio! Echo de menos esos tiempos, sí, también éso echo de menos.

Aprendiz de Bruja dijo...

Jajajajaja, bueno, creo que no me subí a ese árbol con falda, jajaa, así que deberías tener visión de rayos x para verme los calzones, jajja, o quién sabe, mi memoria me falla a veces, jajaja.

Pero, si hay vecs que hay que quedarse arriba del árbol.

Otra cosa, no sé que es quilombo, jaja

Anónimo dijo...

Un quilombo es lo mismo que un problema. Quédate en el árbol si quieres, pero mándame un "manual para subir árboles" jajaja

Anónimo dijo...

Al, LÁSKA VY


Yo tampoco me pude resistir ;) jejejej