Ando sensible, con los snetimientos a flor de piel... y así como puedo estar tan eufórica al siguiente momento no me pueden tocar ni con el pétalo de una rosa porque me pongo como jarrito de Tlaquepaque.
Talvez sea que así me dejó el concierto de Silvio: con el corazón palpitándome en la piel y el alma tiritando ante cualquier brisa.
Y justo a la mitad de mi ánimo contradictorio, me doy cuenta que hace ya más de dos años derrumbaron las murallas de mi corazón y cuatrapearon cuatrapearon mis sentimientos cuando me dijeron: "te voy a extrañar"... y no volvimos a estar juntos desde entonces.
Hay días en que se anudan los sentimientos, pensamientos, proyectos y decisiones en una enredada madeja que no puedo ordenar.
Será el efecto del concierto, de la luna, del calor...