viernes, marzo 14, 2008

Recuerdos


Tú no me sabes tratar con amory paso la noche de guardián de tu cuerpo.
Frank Delgado.
“La Habana está de bala”
Así como hay parientes y zapatos incómodos, hay recuerdos que uno deja para la intimidad por aquello de no pisar cayos viejos nomás por gusto.…porque yo también tengo mis recuerdos, mis pasos equivocados –sólo los primeros de tantos- y cuando escucho los acordes de un son, saco fotos viejas de mi caja de Pandora que lo mismo guarda boletos de avión, envolturas de caramelos, que un pasaporte vencido y sellado, para entonces acabar bebiéndome mi nostalgia sin prisa, mientras al fondo pasan imágenes en blanco y negro que hablan de búsquedas, extravíos y breves encuentros.
A veces lloro, claro… y entro en un trance que se parece al que produce el vino tinto entre los bohemios… me da por contar historias, mis historias… las que fui hilvanando de risas y tropezones durante esa época en que creía yo, no tenía nada que perder.
En momentos así, cuando estoy a punto de convertirme en estatua de sal, me refugio en la terraza envuelta en mi viejo abrigo azul quita-penas, y cierro mis ojos, dejo que mis apegos se vayan desatando suavemente y que mi memoria se refresque por un rato… y acabo el ritual bailando, solita ahí… como cuando creía que no tenía nada que perder y bastaba alzar la mano para arrancarle una estrella al cielo.

Yo siempre escuché hablar de la otra orilla,envuelta en una nube de misterio. Ahí los sueños eran a colores y aquí, simplemente en blanco y negro…
Frank Delgado.
“La otra orilla”

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