jueves, octubre 19, 2006
Laberintos...
Hay silencios que de pronto dicen tanto... silencios que se expanden sin control y forman laberintos; laberintos en los que una entra e irremediablemente se pierde -e inexplicablemente no tiene ganas de encontrarse- laberintos en donde una puede hacer magia y adoptar mil y un formas fantásticas y librar batallas encarnizadas con dragones y salir victoriosa, laberintos en los que todo es posible, todo, incluso encontrarse; aun que solo sea para darse cuenta de que se sigue estando irremediablemente perdida...
Hablando de laberintos; hay otros en los que una entra a tientas, de puntitas y sin hacer ruido, con ese miedo que da lo desconocido... donde, en el afán de encontrar el camino de regreso a casa una hace como en aquél cuento y tira migajitas de pan para no perderse del todo, sin contar con que hay aves cómplices de aquello que algunos gustamos de llamar destino, o de las ninfas, o de la luna o los duendes; y de pronto una voltea y aquel camino de migajas de pan no existe, ha desaparecido; y una mira a su alrededor, se sienta al borde del camino y se vuelve a encontrar irremediablemente perdida...
Hay unos más que son laberintos de sueños, pero laberintos al fin y al cabo... lugares oscuros como la noche que lleva los ecos del silencio hasta tus oidos, de donde nacen mis suspiros y tus ganas, lugares como mi burbuja y la tuya, en donde caben dos corazones que se alimentan y se matan y se devuelven la vida una y otra vez... lugares donde puedes darte cuenta de que definitivamente silencios y silencios no es lo mismo -y sé que sabes bien a qué me refiero- lugares donde la luna se vuelve cómplice callada y las noches son testigos de los cuentos que se escriben en la piel... lugares en donde una suele saberse perdida... sí, perdida e irremediablemente enamorada...
Esta noche quiero un cuento antes de dormir...
Mejor cuéntame uno para NO dormir, de esos que duran toda la noche... de esos que te dicta el silencio... de esos que saben a tu sudor mezclado con mi sudor... susúrralo en mi oído, escríbelo sobre mi piel...
viernes, septiembre 22, 2006
Una nostálgica tarde lluviosa
Pasan de las cinco y el cielo se ha ido nublando, tal vez llueva en un rato y mis zapatitos nuevos se inaugurarán de una vez.
Mónica me invitó a beber café aquí y probablemente demore unos minutos más.
Al final, creo que fue buena idea cargar con el paraguas... la última vez que me cayó una tormenta encima tuve que correr tres cuadras como loca recién liberada y aún así llegué cual fideo a la casa.
Será que ante esta impuntualidad no me queda más que esperar y pensar en voz alta con las letras dispuestas a desfilar desde mis conexiones sensoriales hasta llegar y estacionarse en esta hoja medio arrugada que me encontré por ahí en mi morral.
De hecho creo que todo este rollo litero-poético-cotidiano-versátil viene porque las perras negras se pusieron de buenas por el clima y decidieron salir de su autoexilio.
Bien, poblemos y ensuciemos este espejo con garabatos de ideas y una que otra fumarola mental.
A mi me enferma esperar -en tono de diva te lo confieso- y sin embargo mi vida transcurre de una espera a otra. Será que paso más tiempo deseando que haciendo, imaginando que creando, inventando que aplicando, soñando que viviendo... no lo sé, pero es ya cosa de mi natura, de mi intrínseca personalidad rejurgitante de una vaca de cinco estómagos que habita en mi alma y me escupe a la menor provocación.
Esperar... cuando uno espera siempre sabe qué, a quién y por qué está esperando, pero lo carcome el no saber por cuánto tiempo habrá que esperar.
Yo espero a Mónica, un café caliente y que la lluvia caiga sobre esta mesa...
Pero también lo espero a él y mi cama sigue vacía. Espero sus caricias y su voz nombrándome. Mi cuerpo espera como un ente que vive sin mí pero conmigo, a pesar de lo que soy y quiero. Mi cuerpo lo espera, abierto, deseoso, intenso, palpitante. Mis palabras -todas- lo esperan para acariciarlo con ellas y estremecerlo al punto tal de sentir su piel erizada. Mi lengua lo espera como una Julieta en el balcón, pero más que todas estas esperas infantiles que aderezan el paso de mis días, mi presente imaginario lo espera ansiosamente para ser lo que ayer pensé que esperaba justo antes de dormir.
Mónica me invitó a beber café aquí y probablemente demore unos minutos más.
Al final, creo que fue buena idea cargar con el paraguas... la última vez que me cayó una tormenta encima tuve que correr tres cuadras como loca recién liberada y aún así llegué cual fideo a la casa.
Será que ante esta impuntualidad no me queda más que esperar y pensar en voz alta con las letras dispuestas a desfilar desde mis conexiones sensoriales hasta llegar y estacionarse en esta hoja medio arrugada que me encontré por ahí en mi morral.
De hecho creo que todo este rollo litero-poético-cotidiano-versátil viene porque las perras negras se pusieron de buenas por el clima y decidieron salir de su autoexilio.
Bien, poblemos y ensuciemos este espejo con garabatos de ideas y una que otra fumarola mental.
A mi me enferma esperar -en tono de diva te lo confieso- y sin embargo mi vida transcurre de una espera a otra. Será que paso más tiempo deseando que haciendo, imaginando que creando, inventando que aplicando, soñando que viviendo... no lo sé, pero es ya cosa de mi natura, de mi intrínseca personalidad rejurgitante de una vaca de cinco estómagos que habita en mi alma y me escupe a la menor provocación.
Esperar... cuando uno espera siempre sabe qué, a quién y por qué está esperando, pero lo carcome el no saber por cuánto tiempo habrá que esperar.
Yo espero a Mónica, un café caliente y que la lluvia caiga sobre esta mesa...
Pero también lo espero a él y mi cama sigue vacía. Espero sus caricias y su voz nombrándome. Mi cuerpo espera como un ente que vive sin mí pero conmigo, a pesar de lo que soy y quiero. Mi cuerpo lo espera, abierto, deseoso, intenso, palpitante. Mis palabras -todas- lo esperan para acariciarlo con ellas y estremecerlo al punto tal de sentir su piel erizada. Mi lengua lo espera como una Julieta en el balcón, pero más que todas estas esperas infantiles que aderezan el paso de mis días, mi presente imaginario lo espera ansiosamente para ser lo que ayer pensé que esperaba justo antes de dormir.
viernes, septiembre 15, 2006
Hoy hace un buen día
En esta tierra he visto mi primera luz
He visto y veo luz, tierra firme y vasto cielo
Todo mi entorno está entendido en el amor
Que nos tuvieron los que fueron hace tiempo
Y hoy hace un buen día para hablar de los que están aquí
Trazando a diario el bienestar
De todo aquel que vendrá
Como precederá la aurora al sol de diario
Como sabemos que mañana será igual
Porque así se ha venido haciendo con los años que transcurren y se van
En esta tierra en donde puedo caminar
Bajo la dirección que le ponga a mis pasos
Siempre habrá tiempo para venirle a cantar
Por ser lo más que sé ofrecer como regalo
Me dio un lugar donde al volver con gusto sé decir
Es mi país, esta es mi tierra y casa
Y esta es su canción
Una canción como todas las que se han hecho
Tan sólo que con esta quiero hacer mención
De todo el bien que me hizo nacer de este pueblo
Y que me parte el corazón
Que hablar de México siempre me inflama el pecho
Y si miramos hacia atrás
Donde fuimos a empezar
Y encontramos los antiguos que formaron un lugar
Pero un buen día se marcharon
Y aprendimos a decir
Grandes fueron los viajeros que cruzaron por aquí
En esta tierra conocí la dignidad
Del que trabaja para ver crecer los suyos
Del que se esfuerza a superar su condición
Aún a pesar de cruzar tiempos de infortunio
Y hoy hace un buen día para hablar de los que están aquí
Trazando a diario el bienestar de todo aquel que vendrá
De la simiente que se llega al semillero
Que hasta esta tierra fértil un día arribarán
Y no hace falta repetir como los quiero
Si lo he dicho tanto ya
Y hablar de amor es bueno cuando se es sincero
Y si ellos miran hacia atrás
De lo que les toca empezar
Y nos hallan a nosotros
Que formamos un lugar
Que un buen día nos marcharemos
Y tal vez podrán decir
Grandes fueron los viajeros que cruzaron por aquí
He visto y veo luz, tierra firme y vasto cielo
Todo mi entorno está entendido en el amor
Que nos tuvieron los que fueron hace tiempo
Y hoy hace un buen día para hablar de los que están aquí
Trazando a diario el bienestar
De todo aquel que vendrá
Como precederá la aurora al sol de diario
Como sabemos que mañana será igual
Porque así se ha venido haciendo con los años que transcurren y se van
En esta tierra en donde puedo caminar
Bajo la dirección que le ponga a mis pasos
Siempre habrá tiempo para venirle a cantar
Por ser lo más que sé ofrecer como regalo
Me dio un lugar donde al volver con gusto sé decir
Es mi país, esta es mi tierra y casa
Y esta es su canción
Una canción como todas las que se han hecho
Tan sólo que con esta quiero hacer mención
De todo el bien que me hizo nacer de este pueblo
Y que me parte el corazón
Que hablar de México siempre me inflama el pecho
Y si miramos hacia atrás
Donde fuimos a empezar
Y encontramos los antiguos que formaron un lugar
Pero un buen día se marcharon
Y aprendimos a decir
Grandes fueron los viajeros que cruzaron por aquí
En esta tierra conocí la dignidad
Del que trabaja para ver crecer los suyos
Del que se esfuerza a superar su condición
Aún a pesar de cruzar tiempos de infortunio
Y hoy hace un buen día para hablar de los que están aquí
Trazando a diario el bienestar de todo aquel que vendrá
De la simiente que se llega al semillero
Que hasta esta tierra fértil un día arribarán
Y no hace falta repetir como los quiero
Si lo he dicho tanto ya
Y hablar de amor es bueno cuando se es sincero
Y si ellos miran hacia atrás
De lo que les toca empezar
Y nos hallan a nosotros
Que formamos un lugar
Que un buen día nos marcharemos
Y tal vez podrán decir
Grandes fueron los viajeros que cruzaron por aquí
sábado, agosto 12, 2006
Aclaración
En realidad, el problema no estriba en que yo me vaya o tú te quedes, en que encajemos o no encajemos, en que nos desencontremos o que nos encontremos...
No, el conflicto de intereses está en eso, en que tú no sabes para dónde vas y que yo no puedo quedarme donde quieres estacionarte.
Lo diré de otra manera, tú no quieres ver hacia dónde van los pasos, yo necesito ver para no caer en un barranco.
En realidad no es tan malo ir a ciegas, pero... quizá para mi ese ya no sea un juego tan divertido.
Con suerte alguna vez te encuentre en La Casa de Greda, en un concierto o comprando un libro.
Hasta entonces, buen viaje.
sábado, julio 29, 2006
Un Tiempo para Todo
Me enseñaste a amarrar mis zapatos,
Me comprobaste que no habían fantasmas en el armario,
Me mostraste la forma más fácil de hacer un bien las cosas,
Me educaste,
Me enseñaste con tu ejemplo,
Hoy no estas...
Dios te ha llamado...
Y ahora, el mundo parece más grande de lo acostumbrado.
Te extraño Madre...
Nos veremos pronto.
Me comprobaste que no habían fantasmas en el armario,
Me mostraste la forma más fácil de hacer un bien las cosas,
Me educaste,
Me enseñaste con tu ejemplo,
Hoy no estas...
Dios te ha llamado...
Y ahora, el mundo parece más grande de lo acostumbrado.
Te extraño Madre...
Nos veremos pronto.
La vida da vueltas...
El círculo, da la vuelta, y al terminar la vuelve a dar...
Hace algunos dias un amigo me preguntó si tenia fotos nuevas que mostrar, fue ievitable recordar una escena de Conoces a Joe Black, donde la mujer de Antillas le dice la muerte que lo único que tiene para llevarse de este mundo son los recuerdos, un montón de fotos bonitas.
Me puse a pensar en las fotos que tenía para llevarme...son pocas, mi madre, mi padre y uno que otro aplauso ganado con mis paupérrimos talentos.
Lennon dice que la vida es lo que te ocurre cuando estas ocupado haciendo otros planes...No amigo, no tengo fotos nuevas para mostrarte.
viernes, julio 28, 2006
Hace una año
Esa noche del 24 de Junio en que me regalaste un deseo para San Juan fue la última vez que canté contigo, que me peleaste, que sonreiste y te veías pleno, un hombre no tan común...
Tan solo un hombre común Que aún se asombra cuando empieza a llover que a pesar de haber caído Ha decidido levantarse y al final Morir en pie
Siempre recuerdo tu sonrisa... era tan... mmmm tan... ¡mágica! tu vida plena, tu familia encantadora y tu esposa... tu rosa de los vientos... tu princesa...
Virando el mundo hacia sus paz Invierno a lápiz y papel Creyendo a muerte en el amor Kafka en sus sueños de mujer Y yo, enamorado sin remedio
Al día siguiente, domingo (¿recuerdas cómo odiaba los domingos?) fuimos a comer al super salads... como siempre vivimos una nueva aventura... cada visita tuya dejaba una anécdota... y esa tarde fue la útima vez que tu ojos me miraron.
¿qué pasaría con tus pegasos que mataron al dragón?
Ha pasado ya un año... hay tantas cosas que quisiera contarte ¡wow! un año... ¿te imaginas la de historias que tengo, qué tendrías, qué tendríamos?
las luces se apagan el cuento es el mismo y no tiene final no hay nadie en la sala basta el silencio cuando es tuyo y significa soledad
Quisiera que supieras que me peleé con la güera y que la extraño, que este primer semestre fue más difícil de lo que pensé, pero también fue lo mejor que me pudo pasar... la casa donde vivo la apodaron EL TROVIHOME... qué buenas fiestas se hacían y siempre habia música, siempre cantabamos y bailabamos... y no la viste... seguíamos siendo aquellas solas...
Es ella La misma que jugaba con muñecas La de los ojos vivos, la mermelada y la rabieta Los helados, los castillos, los vestidos españoles Y el cuento antes de dormir. Es ella La misma que creció haciendo piruetas La misma que jugaba a la feliz ama de casa la que bailó aquel vals descoordinada y con Chayanne la que hoy no tiene donde ir
Que nos cantes a las mujeres solas que curiosamente son mis amigas... quisiera verte discutiendo con mi papá por aquello que le sigues debiendo (espero que allá donde están ya le hayas pagado) y con mi mamá porque nunca va a tus conciertos (espero que allá donde están ya acuda a tus conciertos).
¿Recuerdas a Doña Luz? sigue echándose en cara que no fue a ese, tu último concierto... ¿sabes? dice que el día que partiste, te fuiste a despedir de ella en sueños y le dijiste que me cuidarias... sé que lo haces... a veces te huelo... te siento... mi hermana dice que de repente te paseas en la casa dejando la estela de esa loción que tanto te peleaba porque olía mucho. Aquí sigues... en escencia...
Aquí me quedo por si la luna trae canciones que a solitarios den consuelo por si hay historias que me busquen y me quieran encontrar aquí me quedo
Hace unos días me llegó un correo pidiéndome que redactara alguna anécdota o curiosidad que pasamos juntos... no lo respondí... ¡¡¡son tantas!!! que no sabría cuál elegir... desde el día que escuché de tí por primera vez fue una curiosidad... hasta el día que te fuiste y yo llegúe a esta ciudad... incluso ahora que no estás... hay tanto que contar.
Aquí las cosas muy tranquilas... todo sigue su ritmo como debe ser... el clima se presta para recordar, extrañar, cantar, soñar y tomar ron...
Si te dijera don juan que tras tu ausencia el dolor explica todo el amor que cargaste siempre a cuestas Yo solo espero que Dios tenga botellas de ron para que puedas hacer del cielo azul una fiesta
y yo... te sigo extrañando...
¡¡¡Buen aniversario Mago!!! ...
que cada nuevo comienzo nos sorprenda juntos...
Abel Abraham Velásquez Nardo
1971-2005
Tan solo un hombre común Que aún se asombra cuando empieza a llover que a pesar de haber caído Ha decidido levantarse y al final Morir en pie
Siempre recuerdo tu sonrisa... era tan... mmmm tan... ¡mágica! tu vida plena, tu familia encantadora y tu esposa... tu rosa de los vientos... tu princesa...
Virando el mundo hacia sus paz Invierno a lápiz y papel Creyendo a muerte en el amor Kafka en sus sueños de mujer Y yo, enamorado sin remedio
Al día siguiente, domingo (¿recuerdas cómo odiaba los domingos?) fuimos a comer al super salads... como siempre vivimos una nueva aventura... cada visita tuya dejaba una anécdota... y esa tarde fue la útima vez que tu ojos me miraron.
¿qué pasaría con tus pegasos que mataron al dragón?
Ha pasado ya un año... hay tantas cosas que quisiera contarte ¡wow! un año... ¿te imaginas la de historias que tengo, qué tendrías, qué tendríamos?
las luces se apagan el cuento es el mismo y no tiene final no hay nadie en la sala basta el silencio cuando es tuyo y significa soledad
Quisiera que supieras que me peleé con la güera y que la extraño, que este primer semestre fue más difícil de lo que pensé, pero también fue lo mejor que me pudo pasar... la casa donde vivo la apodaron EL TROVIHOME... qué buenas fiestas se hacían y siempre habia música, siempre cantabamos y bailabamos... y no la viste... seguíamos siendo aquellas solas...
Es ella La misma que jugaba con muñecas La de los ojos vivos, la mermelada y la rabieta Los helados, los castillos, los vestidos españoles Y el cuento antes de dormir. Es ella La misma que creció haciendo piruetas La misma que jugaba a la feliz ama de casa la que bailó aquel vals descoordinada y con Chayanne la que hoy no tiene donde ir
Que nos cantes a las mujeres solas que curiosamente son mis amigas... quisiera verte discutiendo con mi papá por aquello que le sigues debiendo (espero que allá donde están ya le hayas pagado) y con mi mamá porque nunca va a tus conciertos (espero que allá donde están ya acuda a tus conciertos).
¿Recuerdas a Doña Luz? sigue echándose en cara que no fue a ese, tu último concierto... ¿sabes? dice que el día que partiste, te fuiste a despedir de ella en sueños y le dijiste que me cuidarias... sé que lo haces... a veces te huelo... te siento... mi hermana dice que de repente te paseas en la casa dejando la estela de esa loción que tanto te peleaba porque olía mucho. Aquí sigues... en escencia...
Aquí me quedo por si la luna trae canciones que a solitarios den consuelo por si hay historias que me busquen y me quieran encontrar aquí me quedo
Hace unos días me llegó un correo pidiéndome que redactara alguna anécdota o curiosidad que pasamos juntos... no lo respondí... ¡¡¡son tantas!!! que no sabría cuál elegir... desde el día que escuché de tí por primera vez fue una curiosidad... hasta el día que te fuiste y yo llegúe a esta ciudad... incluso ahora que no estás... hay tanto que contar.
Aquí las cosas muy tranquilas... todo sigue su ritmo como debe ser... el clima se presta para recordar, extrañar, cantar, soñar y tomar ron...
Si te dijera don juan que tras tu ausencia el dolor explica todo el amor que cargaste siempre a cuestas Yo solo espero que Dios tenga botellas de ron para que puedas hacer del cielo azul una fiesta
y yo... te sigo extrañando...
¡¡¡Buen aniversario Mago!!! ...
que cada nuevo comienzo nos sorprenda juntos...
Abel Abraham Velásquez Nardo
1971-2005
lunes, julio 10, 2006
Los poetas las prefieren Brujas
La verdad es que, para ser francos, mis recuerdos me sirvieron en bandeja de plata el tema de las brujas, al tratar de releer el libro del historiador francés Jules Michelet titulado "Las Brujas". Sobre todo, por las líneas que cito a continuación: "¡Reinas magas de Persia, encantadora Circe, sublime Sibila! ¿Qué ha sido de ustedes? ¡Qué bárbara transformación! La que en el trono de Oriente enseñó las virtudes de las plantas y los viajes de las estrellas; la que en la sagrada trípode de Delfos, iluminada por el Dios de la luz, daba sus oráculos al mundo arrodillado a sus pies".
Como sabemos la bruja jugó un papel muy importante dentro de su comunidad donde pudieron poner a servicio de los enfermos, muchas veces ricos y gente de prestigio, su gran capacidad herbolaria y sus profundos conocimientos botánicos para curar las enfermedades. Parece que el epíteto de bruja les cayó encima cuando no les fue posible tener éxito en uno que otro caso aparte de la horrible cacería a la que fueron sometidas por la Inquisición. Paracelso, el célebre médico de la antigüedad, decía que lo que sabía de medicina se lo debía a las hechiceras.
Según David Colbert, autor de un libro sobre Harry Potter, señala que las conjuras y maldiciones utilizadas por las brujas como fue el caso de la frase "abracadabra", derivada del arameo, significa "desaparece como esta palabra" y añade que su finalidad era curar las enfermedades y que no existen pruebas de que se utilizara para matar a nadie.
Las hechiceras se destacaron por su papel en las artes adivinatorias. Ciertas obras, ciertos escritos, a los cuales no se les ha dispensado ninguna importancia, han podido anunciar acaso con mayor agudeza los acontecimientos venideros en mayor y mejor medida que los sociólogos dedicados al estudio de los hechos sociales.
En el libro de Louis Pauwells y Jacques Bergier "El retorno de los brujos", citan este método para prever el porvenir. En tal sentido mencionan el conocido libro de G.K. Chesterton "El hombre que fue jueves", donde describe una brigada de la policía especializada en poesía. Por esta vía se llega a evitar un atentado porque un policía comprende el sentido del soneto. Los autores antes citados señalan que "detrás de las gansadas de Chesterton se ocultan grandes verdades".
Roald Dahl. el famoso escritor para niños, autor de libros como "El superzorro, El dedo mágico y Matilda", aconsajaba al niño que si por casualidad se encontrara en un lugar donde se estuviera celebrando un congreso de brujas, se alejara lo más rápido que dieran sus piernas, porque podía caer sobre él todo el peso de las artes diabólicas de las brujas y verse convertido en ratón. Advertía que, hoy día, la ciencia con todos sus adelantos no ha encontrado la fórmula para "desratonizar" a un niño.
Según mis lecturas de antaño, el medio usual de las brujas para transportarse era la escoba, pero hoy día ya las brujas no vuelan por el aire montadas en una escoba, sino que vuelan por las carreteras en coches último modelo. Pero podemos recordar algunas a las que he otorgado la estatuilla del Oscar de mi afecto.
Una de las más famosas fue la Fata Morgana (fata viene de hada) conocida como Morgan Le Fay, que fue una poderosa hechicera de la mitología británica que poseía dotes especiales para las artes curativas. La otra bruja famosa fue Circe, que aparece en "La Odisea", el poema épico de Homero, y su fama legendaria se la debemos a Ulises, que no pudo ser presa fácil del hechizo encantador de Circe, debido a que había ingerido una poción mágica que, según mis averiguaciones, estaba hecha de la leche de la cabra Amaltea, vino de palma egipcio y clavos de olor. Como sabemos por Apuleyo en su libro "El asno de oro", donde aparecen las brujas con todo el esplendor de sus poderes sobrenaturales capaces de convertir en animales a sus enemigos, Circe fue capaz de convertir en cerdos a la tripulación de Ulises.
Siempre llevé en mi corazón a las brujas fantasiosas y bellas, inventoras de augurios hermosos y discursos de humor que volaban como las libélulas, y siempre me aparte de las brujas poderosas y malignas. Por las noches, unas brujitas llegan a contarme cuentos inverosímiles y siempre las recordaré como una de las más nobles y fascinantes experiencias de mi infancia.
Como sabemos la bruja jugó un papel muy importante dentro de su comunidad donde pudieron poner a servicio de los enfermos, muchas veces ricos y gente de prestigio, su gran capacidad herbolaria y sus profundos conocimientos botánicos para curar las enfermedades. Parece que el epíteto de bruja les cayó encima cuando no les fue posible tener éxito en uno que otro caso aparte de la horrible cacería a la que fueron sometidas por la Inquisición. Paracelso, el célebre médico de la antigüedad, decía que lo que sabía de medicina se lo debía a las hechiceras.
Según David Colbert, autor de un libro sobre Harry Potter, señala que las conjuras y maldiciones utilizadas por las brujas como fue el caso de la frase "abracadabra", derivada del arameo, significa "desaparece como esta palabra" y añade que su finalidad era curar las enfermedades y que no existen pruebas de que se utilizara para matar a nadie.
Las hechiceras se destacaron por su papel en las artes adivinatorias. Ciertas obras, ciertos escritos, a los cuales no se les ha dispensado ninguna importancia, han podido anunciar acaso con mayor agudeza los acontecimientos venideros en mayor y mejor medida que los sociólogos dedicados al estudio de los hechos sociales.
En el libro de Louis Pauwells y Jacques Bergier "El retorno de los brujos", citan este método para prever el porvenir. En tal sentido mencionan el conocido libro de G.K. Chesterton "El hombre que fue jueves", donde describe una brigada de la policía especializada en poesía. Por esta vía se llega a evitar un atentado porque un policía comprende el sentido del soneto. Los autores antes citados señalan que "detrás de las gansadas de Chesterton se ocultan grandes verdades".
Roald Dahl. el famoso escritor para niños, autor de libros como "El superzorro, El dedo mágico y Matilda", aconsajaba al niño que si por casualidad se encontrara en un lugar donde se estuviera celebrando un congreso de brujas, se alejara lo más rápido que dieran sus piernas, porque podía caer sobre él todo el peso de las artes diabólicas de las brujas y verse convertido en ratón. Advertía que, hoy día, la ciencia con todos sus adelantos no ha encontrado la fórmula para "desratonizar" a un niño.
Según mis lecturas de antaño, el medio usual de las brujas para transportarse era la escoba, pero hoy día ya las brujas no vuelan por el aire montadas en una escoba, sino que vuelan por las carreteras en coches último modelo. Pero podemos recordar algunas a las que he otorgado la estatuilla del Oscar de mi afecto.
Una de las más famosas fue la Fata Morgana (fata viene de hada) conocida como Morgan Le Fay, que fue una poderosa hechicera de la mitología británica que poseía dotes especiales para las artes curativas. La otra bruja famosa fue Circe, que aparece en "La Odisea", el poema épico de Homero, y su fama legendaria se la debemos a Ulises, que no pudo ser presa fácil del hechizo encantador de Circe, debido a que había ingerido una poción mágica que, según mis averiguaciones, estaba hecha de la leche de la cabra Amaltea, vino de palma egipcio y clavos de olor. Como sabemos por Apuleyo en su libro "El asno de oro", donde aparecen las brujas con todo el esplendor de sus poderes sobrenaturales capaces de convertir en animales a sus enemigos, Circe fue capaz de convertir en cerdos a la tripulación de Ulises.
Siempre llevé en mi corazón a las brujas fantasiosas y bellas, inventoras de augurios hermosos y discursos de humor que volaban como las libélulas, y siempre me aparte de las brujas poderosas y malignas. Por las noches, unas brujitas llegan a contarme cuentos inverosímiles y siempre las recordaré como una de las más nobles y fascinantes experiencias de mi infancia.
lunes, julio 03, 2006
Para Anezka
Mujer atrapada en cuerpo de niña, que haz hecho de las letras tu hogar, tu refugio, tu consuelo en las noches de soledad y tu voz para el lenguaje del alma, hoy mis palabras son para ti.
Tus zapatitos te transportan a los senderos del mundo imaginario que tú creaste, que deseas compartirnos y hacernos ciudadanos de éste. Es inconcebible pensarte sin tu música, sin tu espíritu aventurero, sin tus blusas negras, sin tu rica colección de pulseras, sin la capacidad que tienes de hacer todas las tardes mágicas, en las que contigo, una puede volver a ser niña.
Pasional… visceral según tu entendimiento, eres como una caja de pandora en donde los males del mundo se liberan y se vuelven a contener cada vez que respiras, tu buena vibra puede poner de buenas hasta a los ogros más ermitaños de los cuentos de hadas. Comprometida con las causas justas, sincera, eres como un espejo del alma, en los que todos podemos vernos en algún momento reflejados contigo.
Iluminas tus arededores con tus besos de colores, llenas de vida los lugares más sombríos con los pigmentos del arcoiris, con tonos magenta coloreas las cosas especiales como el corazón y a la luna, tu fiel confidente en esas noches llenas de magia, con gusto aceptará ser decorada de tus besos.
Tu reinas en los territorios del cáos, al que le buscas la manera de encontrarle un orden, áunque al final de cuentas sabes que la vida no es perfecta a pesar de ser una condición por mucho deseable. Ama tanto las letras… leerlas, escribirlas, sentirlas, cantarlas, reflexionarlas, que si no fuera porque está peleada a muerte con la ortografía (aunque ha mejorado muchísimo), amaría más de lo que su ser le permite.
Casiopea, su fiel compañera nos permite ver a través de tus ojos, nos muestra tu mundo, nos devela parte de tus pensamientos, nos impregna con sensaciones, con formas, con un poco de tu piel y con un mucho de tu sonrisa. Cósimo no me dejará mentir cuando diga que entre tus zapatos y tu cámara hay un romance que es muy difícil que ella pueda esconder.
Cual Penélope (la esposa de Ulises en La Odisea de Homero, no la de Serrat) tiene un amor al otro lado del mar, un ser que el recuerdo lo transporta hacia ella en las noches de frío. Al cerrar sus ojos, ella puede verlo de nuevo, escuchar su voz y reir con sus chistes; pero cuando los abre, ese par de luceros, caen en sollozos cuando su amor se desvanace en la nostalgia.
Cuando llora, el cielo rompe en llanto y sus lagrimas cubren de melancolía toda la ciudad y los poderosos truenos que cruzan el firmamento son los gritos desesperados de una vida que no siempre es satisfactoria, como todos pudieran sospechar en ella.
Amiga incondicional, cuyos amigos tienen más valor que cualquiera de los tesoros más completos del mundo. No está antes, ni después, sino justo cuando la necesitas, cuando el alma requiere palabras de aliento, cuando el corazón está apachurrado, cuando la soledad es canija y cuando necesitas oidos que te escuchen.
Mujer atrapada en cuerpo de niña, pero capaz de despertar las pasiones más profundas de los hombres, alma libre, corazón descubierto, bocanada de visceralidades, encantadora a más no poder: Mi admiración, mi cariño y mis letras hoy son para ti.
Tus zapatitos te transportan a los senderos del mundo imaginario que tú creaste, que deseas compartirnos y hacernos ciudadanos de éste. Es inconcebible pensarte sin tu música, sin tu espíritu aventurero, sin tus blusas negras, sin tu rica colección de pulseras, sin la capacidad que tienes de hacer todas las tardes mágicas, en las que contigo, una puede volver a ser niña.
Pasional… visceral según tu entendimiento, eres como una caja de pandora en donde los males del mundo se liberan y se vuelven a contener cada vez que respiras, tu buena vibra puede poner de buenas hasta a los ogros más ermitaños de los cuentos de hadas. Comprometida con las causas justas, sincera, eres como un espejo del alma, en los que todos podemos vernos en algún momento reflejados contigo.
Iluminas tus arededores con tus besos de colores, llenas de vida los lugares más sombríos con los pigmentos del arcoiris, con tonos magenta coloreas las cosas especiales como el corazón y a la luna, tu fiel confidente en esas noches llenas de magia, con gusto aceptará ser decorada de tus besos.
Tu reinas en los territorios del cáos, al que le buscas la manera de encontrarle un orden, áunque al final de cuentas sabes que la vida no es perfecta a pesar de ser una condición por mucho deseable. Ama tanto las letras… leerlas, escribirlas, sentirlas, cantarlas, reflexionarlas, que si no fuera porque está peleada a muerte con la ortografía (aunque ha mejorado muchísimo), amaría más de lo que su ser le permite.
Casiopea, su fiel compañera nos permite ver a través de tus ojos, nos muestra tu mundo, nos devela parte de tus pensamientos, nos impregna con sensaciones, con formas, con un poco de tu piel y con un mucho de tu sonrisa. Cósimo no me dejará mentir cuando diga que entre tus zapatos y tu cámara hay un romance que es muy difícil que ella pueda esconder.
Cual Penélope (la esposa de Ulises en La Odisea de Homero, no la de Serrat) tiene un amor al otro lado del mar, un ser que el recuerdo lo transporta hacia ella en las noches de frío. Al cerrar sus ojos, ella puede verlo de nuevo, escuchar su voz y reir con sus chistes; pero cuando los abre, ese par de luceros, caen en sollozos cuando su amor se desvanace en la nostalgia.
Cuando llora, el cielo rompe en llanto y sus lagrimas cubren de melancolía toda la ciudad y los poderosos truenos que cruzan el firmamento son los gritos desesperados de una vida que no siempre es satisfactoria, como todos pudieran sospechar en ella.
Amiga incondicional, cuyos amigos tienen más valor que cualquiera de los tesoros más completos del mundo. No está antes, ni después, sino justo cuando la necesitas, cuando el alma requiere palabras de aliento, cuando el corazón está apachurrado, cuando la soledad es canija y cuando necesitas oidos que te escuchen.
Mujer atrapada en cuerpo de niña, pero capaz de despertar las pasiones más profundas de los hombres, alma libre, corazón descubierto, bocanada de visceralidades, encantadora a más no poder: Mi admiración, mi cariño y mis letras hoy son para ti.
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Feliz Cumpleaños Carnavala!!!!!!!!!!!!!!
lunes, mayo 01, 2006
Doble partida
Es de tu miedo que tengo miedo.
Es de tu inseguridad que nace mi incertidumbre.
¿Será de tu felicidad que parta la mia?
martes, abril 25, 2006
Ojos Azules
Mis dedos bailaban sobre tu ombligo al compás del parpadeo del reloj sobre el buró, con la otra mano acariciaba tu pelo desparramado sobre la almohada y tus ojos azules me miraban con paciencia mientras tus vanidosos labios prometían con lenguaje secreto caricias húmedas.
Poco a poco nos fuimos envolviendo en miradas nuevas, con tonos de colores distintos, nos fuimos sitiando en recorridos a cuatro manos en direcciones encontradas y nuestros pies desnudos se entendían en conversaciones de roces tibios.
Mi lengua tocaba las puertas de tu boca y tus labios se regocijaban como recibiendo aquella visita siempre esperada, mis piernas entre las tuyas y desnudas apretujándonos daban un significado tangible a todos nuestros pactos de eternidades nocturnas.
El silencio pálido se invadía ahora de jadeos sutiles, mis labios descendían sin precaución por la escalera de tu cuello y se dibujaban besos que en racimos atravesaban tu piel ardiente.
Pude tocar la fragilidad de tu cintura cuando tus piernas se enrollaban en mi cuello, recorrí desde tus piernas hasta tus caderas con mi aliento entusiasmado de saborearte a pequeños sorbos pero con la decisión de ingerirte hasta la última gota.
Tu cabello se pegaba a tu rostro humedecido mientras tus muslos apretaban enérgicamente mi cuerpo con la seguridad que les daba saberse dueños de cuanto aprisionaban. Mis manos se posaban sobre tus caderas rindiéndose totalmente ante la poesía que se empezaba a escribir desde tu espalda y sin punto final se rescribía en párrafos que se esparcían por todo tu cuerpo.
Gotas de inspiración sin envasar o sueño de amaneceres nocturnos. Tus ojos azules te definían para cada día de mi inmortalidad, cuando nos mirábamos por encima de prolongados espasmos que salpicaban sudor efímero que nacía y se evaporaba a cada contracción de nuestros cuerpos revueltos bajo la mirada complacida de la noche que se asomaba por la ventana conteniendo la respiración para no ser descubierta.
En tus ojos azules pude ver sentimientos sin definición en letras porque nunca nadie más los había sentido. De tus ojos azules tomé la imagen del recuerdo que llevé colgado en mis labios cuando me quedé dormida y exiliada sobre tu cuerpo mientras con tus manos cantabas caricias en mi pelo.
viernes, abril 21, 2006
Va de nuevo
Los puntos suspensivos están enojados conmigo y se han subido al ventilador para recordarme que siguen allá arriba y que no quieren bajar a platicar conmigo.
Las comas no han dejado de bailar entre mi ropa, mis cosas, mis muebles, gritando como locas que me falta empacar ésto o aquello.
Los signos de admiración se esconden bajo la almohada y esperan el momento justo para brincar sobre mi garganta por las mañanas a las ocho de la mañana.
Los silencios se infiltran en mi cabeza como las bocanadas de humo que entran a mis pulmones y los dejan negros de nostalgia.
Mis letras han de hacer el último esfuerzo en la una entrevista de trabajo aquí, en pueblo quieto.
Y, mañana, todos nosotros levantaremos la frente ante la decisión del tirano punto final.
Y, mañana, todos nosotros levantaremos la frente ante la decisión del tirano punto final.
(Nerviosa estoy.)
martes, abril 18, 2006
Rompecabezas
(Es así como me armo a diario.)
Él: Suerte.
Yo: Mejor deséame éxito.
Él: No. Suerte. El éxito te lo ganas sola.
Él: Suerte.
Yo: Mejor deséame éxito.
Él: No. Suerte. El éxito te lo ganas sola.
jueves, abril 13, 2006
Esto pasaba por mi retorcidamente mente hace 730 dìas
Estimados seres afines a mi persona:
Si usted, querido lector, resulta ser un amigo mío, debe estar realmente enojado/preocupado/molesto/angustiado por mi bienestar social y emocional.
Estoy segura que usted, en algún punto de su vida, ha vivido una de las dos siguientes situaciones:
1. Deseo de mandarme al churro. (Si no es que ya lo hicieron y yo por andar pensando en sombras verdes, ni cuenta me dí.)
2. Deseo de abofetearme para que yo dejara de ser una pelota sin dirección que rebotaba en paredes acolchonadas.
Así como también estoy segura que en cualquiera de las dos situaciones, se ha dado cuenta que:
1. Soy un zombie.
2. Estoy huyendo del contacto.
Abusando de su amabilidad y confianza durante todos estos años, les pido de la manera más atenta que me saquen arrastrando de mi casa, me enseñen la luz del sol, me obliguen a llorar mi dolor y me recuerden que tengo muchas razones para seguir siendo la bruja que muere de risa con chistes babosos.
Con mi actitud de quinceañera rebelde, me despido de ustedes, esperando que se aparezcan en mi vida antes de que yo le arranque el cuello a una gallina y escriba con sangre en la pared:
"Life's hard. Then you die."
Si usted, querido lector, resulta ser un amigo mío, debe estar realmente enojado/preocupado/molesto/angustiado por mi bienestar social y emocional.
Estoy segura que usted, en algún punto de su vida, ha vivido una de las dos siguientes situaciones:
1. Deseo de mandarme al churro. (Si no es que ya lo hicieron y yo por andar pensando en sombras verdes, ni cuenta me dí.)
2. Deseo de abofetearme para que yo dejara de ser una pelota sin dirección que rebotaba en paredes acolchonadas.
Así como también estoy segura que en cualquiera de las dos situaciones, se ha dado cuenta que:
1. Soy un zombie.
2. Estoy huyendo del contacto.
Abusando de su amabilidad y confianza durante todos estos años, les pido de la manera más atenta que me saquen arrastrando de mi casa, me enseñen la luz del sol, me obliguen a llorar mi dolor y me recuerden que tengo muchas razones para seguir siendo la bruja que muere de risa con chistes babosos.
Con mi actitud de quinceañera rebelde, me despido de ustedes, esperando que se aparezcan en mi vida antes de que yo le arranque el cuello a una gallina y escriba con sangre en la pared:
"Life's hard. Then you die."
¿A dónde se fué la locura?
Un día nos descubrimos, la cuchara cuadrada y yo, comiendo en la mesa del comedor y nos extrañó ver que el refresco nadaba en el vaso, que la servilleta estaba inmóvil, que la silla ya no escuchaba y la mesa no reclamaba.
Notamos que el jardín ya no tenía pasto y que las gerberas rojas se habían quedado dormidas sin las serenatas, justo al lado de la piedra azul que no dejaba de roncar a la par de las flores.
Entonces sentí mis pies secos de ausencia de olas y los tobillos llagados por falta de arena naranja; mis manos, ya no cargaban la maceta donde habíamos plantado la luna y mis codos estaban húmedos de lágrimas que ya no lloraban.
Después vino el tictac del grillo de traje sastre que nadaba adentro del piano de cola, buscando polvitos de estrella entre las teclas, pero encontrando sólo los pelos del gato que se fue de la casa hace un par de semanas, dejando una nota donde decía que extrañaba los aullidos del pez dorado que actuaba para nosotros, a las 11:24 PM.
El pobre tenedor, se había vuelto también cuerdo y después de picar la ventana por donde se escaparon los grillos que cantaban para hacerle compañía al pez en su show estilo Broadway, se había guardado en el cajón, junto al destapacorchos de la botella de tinto que se suicidó tirándose del primer piso hasta el séptimo.
Ante tal falta de sin sentidoy exceso de coherencia salubre...
...la cuchara y yo perdimos el apetito.
(¿Pero qué pasa en esta casa? Hasta parece que está fija en el piso.)
domingo, abril 09, 2006
Estacionamiento
Estacionarme es todo un reto:
algo muy parecido a enamorarme.
Ella vestía de traje sastre negro con delgadas lineas azules que hacían ver sus piernas más delgadas y largas de lo que en realidad eran; una bufanda azul, que combinaba perfectamente con el simpático gorro que cubría su cabeza, era la forma perfecta de ocultarse ante el mundo representado en la obra de tres actos de su vida como el frío.
Había bebido un par de copas de vino tinto antes de subir al auto que la llevaría al destino final: ese difícil y conglomerado lugar con el que soñaba frecuentemente y que la hacía dar vueltas en la cama hasta despertar sudando frío a las tres cincuenta y dos de la mañana.
Soy capaz de aprender extensos textos de memoria, de hacer cálculos difíciles aunque fuera necesario leer libros enteros para resolverlos, de resolver acertijos aunque me tome días descifrando en la regadera su solución y de disfrutar los pequeños sonidos y olores que pocas personas detectan, pero siempre he tenido un pésimo sentido de orientación.
Detuvo la mirada en el semáforo en amarillo y, como siempre, contó los segundos para saber en qué momento aparecería el color verde chillante que tanto le molestaba y a la vez atraía. Las cuerdas de los violines parecían gritar desde la bocina que era hora de soltar el freno del auto.
La entrada a los estacionamientos a los que se ve obligada a entrar siempre son una diagonal. Eso es lo único que le reduce el riesgo al impacto de adentrarse en una dimensión tan conocida que le es desconocida. Después, todos esos cajones negros en complicidad con las líneas amarillas que brincan sobre el pavimento cuando se encuentran vacíos y enfurecidos por haber sido domados cuando se encuentran ocupados.
Esperar a que salga un auto del cajón para poder estacionarme me causa estrés. Saber que en muchas ocasiones hay un gandalla que quiere entrar, aún en sentido contrario, me da rabia. Me incomoda esa mirada inconciente que sale de mí para marcar mi territorio como animal.
Un cajón vacio la llamó y ella, dudando de su intención, manejó el auto al lugar que le gritaba. Apagó el cigarro que la ayudaba en la travesía, revisó que las ventanas estuvieran cerradas, tomó su bolsa y entró al supermercado, liberándose de el monstruo que estaría ahí esperándola, como todos los días, como desde siempre, como hasta nunca.
Siempre que regreso al estacionamiento para irme a casa, recuerdo que –valga la redundancia- no recordé dónde había dejado el auto. Entonces viene la molestia de pararme ahí, en medio de todo y de nada, buscando el color arena que nunca me gustó, dándome golpes imaginarios en la cabeza por siempre actuar sin pensar en las consecuencias.
Perdida a su regreso y molesta con ella misma por ese mal, que parece tener desde pequeña, de ser tan observadora y exigente con los pequeños detalles, pero olvidadiza con los grandes, caminó por los distintos pasillos del estacionamiento hasta encontrar su auto.
Estacionarme es como enamorarme: meto las patas sin saber que puedo acabar perdida en un remolino de preguntas, de dolores de cabeza, de sentir sin pensar, de pensar en sentir, de sentir pensando.
Una sensación de alivio le recorrió todo el cuerpo al ver que las ruedas no habían sido absorbidas por el pavimento, que las defensas –aunque golpeadas- seguían en la proa y en la popa del barco, que las puertas estaban cerradas y que su espacio personal no había sido quebrantado por un idiota.
Subió al auto y encendió el estéreo una vez más pero, a diferencia de los violines que habían casi tocado una marcha fúnebre, un bajo con sonidos exóticos y una guitarra eléctrica le dieron una palmada en la espalda y le indicaron que era momento de regresar a la cotidianeidad, con el aire entrando por la ventana cuando el acelerador era presionado y el freno tomaba su tiempo para dormir.
Después de todo así es el amor: te permiten entrar, tomas un lugar, creas espacios, disfrutas tiempos, vives en mundos paralelos que muy poco tienen de realidad, caminas en pisos ajenos a ti y, eventualmente, con el pánico apretándote la garganta y las lágrimas que no saben lo que ha de venir…
te llega el tiempo de abandonar el lugar
que por horas o años, en realidad da igual,
fue el que debía ser tu refugio temporal.
algo muy parecido a enamorarme.
Ella vestía de traje sastre negro con delgadas lineas azules que hacían ver sus piernas más delgadas y largas de lo que en realidad eran; una bufanda azul, que combinaba perfectamente con el simpático gorro que cubría su cabeza, era la forma perfecta de ocultarse ante el mundo representado en la obra de tres actos de su vida como el frío.
Había bebido un par de copas de vino tinto antes de subir al auto que la llevaría al destino final: ese difícil y conglomerado lugar con el que soñaba frecuentemente y que la hacía dar vueltas en la cama hasta despertar sudando frío a las tres cincuenta y dos de la mañana.
Soy capaz de aprender extensos textos de memoria, de hacer cálculos difíciles aunque fuera necesario leer libros enteros para resolverlos, de resolver acertijos aunque me tome días descifrando en la regadera su solución y de disfrutar los pequeños sonidos y olores que pocas personas detectan, pero siempre he tenido un pésimo sentido de orientación.
Detuvo la mirada en el semáforo en amarillo y, como siempre, contó los segundos para saber en qué momento aparecería el color verde chillante que tanto le molestaba y a la vez atraía. Las cuerdas de los violines parecían gritar desde la bocina que era hora de soltar el freno del auto.
La entrada a los estacionamientos a los que se ve obligada a entrar siempre son una diagonal. Eso es lo único que le reduce el riesgo al impacto de adentrarse en una dimensión tan conocida que le es desconocida. Después, todos esos cajones negros en complicidad con las líneas amarillas que brincan sobre el pavimento cuando se encuentran vacíos y enfurecidos por haber sido domados cuando se encuentran ocupados.
Esperar a que salga un auto del cajón para poder estacionarme me causa estrés. Saber que en muchas ocasiones hay un gandalla que quiere entrar, aún en sentido contrario, me da rabia. Me incomoda esa mirada inconciente que sale de mí para marcar mi territorio como animal.
Un cajón vacio la llamó y ella, dudando de su intención, manejó el auto al lugar que le gritaba. Apagó el cigarro que la ayudaba en la travesía, revisó que las ventanas estuvieran cerradas, tomó su bolsa y entró al supermercado, liberándose de el monstruo que estaría ahí esperándola, como todos los días, como desde siempre, como hasta nunca.
Siempre que regreso al estacionamiento para irme a casa, recuerdo que –valga la redundancia- no recordé dónde había dejado el auto. Entonces viene la molestia de pararme ahí, en medio de todo y de nada, buscando el color arena que nunca me gustó, dándome golpes imaginarios en la cabeza por siempre actuar sin pensar en las consecuencias.
Perdida a su regreso y molesta con ella misma por ese mal, que parece tener desde pequeña, de ser tan observadora y exigente con los pequeños detalles, pero olvidadiza con los grandes, caminó por los distintos pasillos del estacionamiento hasta encontrar su auto.
Estacionarme es como enamorarme: meto las patas sin saber que puedo acabar perdida en un remolino de preguntas, de dolores de cabeza, de sentir sin pensar, de pensar en sentir, de sentir pensando.
Una sensación de alivio le recorrió todo el cuerpo al ver que las ruedas no habían sido absorbidas por el pavimento, que las defensas –aunque golpeadas- seguían en la proa y en la popa del barco, que las puertas estaban cerradas y que su espacio personal no había sido quebrantado por un idiota.
Subió al auto y encendió el estéreo una vez más pero, a diferencia de los violines que habían casi tocado una marcha fúnebre, un bajo con sonidos exóticos y una guitarra eléctrica le dieron una palmada en la espalda y le indicaron que era momento de regresar a la cotidianeidad, con el aire entrando por la ventana cuando el acelerador era presionado y el freno tomaba su tiempo para dormir.
Después de todo así es el amor: te permiten entrar, tomas un lugar, creas espacios, disfrutas tiempos, vives en mundos paralelos que muy poco tienen de realidad, caminas en pisos ajenos a ti y, eventualmente, con el pánico apretándote la garganta y las lágrimas que no saben lo que ha de venir…
te llega el tiempo de abandonar el lugar
que por horas o años, en realidad da igual,
fue el que debía ser tu refugio temporal.
sábado, abril 08, 2006
domingo, marzo 19, 2006
No permita la virgen
No permita la Virgen,
que te roben la voz los villanos*
y se queden sin sueños tus manos,
como un ramo de amargas espinas;
Sin tu boca de luz de verano,
desplatina la rubia platina,
hay mujeres y sobran esquinas,
pero falta tu verso de aquellos.
Donde habita el olvido, se olvida ,
la canción de las noche perdidas,
a la orilla de la chimenea.
Yo también sé jugarme la boca
y espantar al dolor, si te toca;
No permita la Virgen que sea.
* villana debería decir, no diré más nada
que te roben la voz los villanos*
y se queden sin sueños tus manos,
como un ramo de amargas espinas;
Sin tu boca de luz de verano,
desplatina la rubia platina,
hay mujeres y sobran esquinas,
pero falta tu verso de aquellos.
Donde habita el olvido, se olvida ,
la canción de las noche perdidas,
a la orilla de la chimenea.
Yo también sé jugarme la boca
y espantar al dolor, si te toca;
No permita la Virgen que sea.
* villana debería decir, no diré más nada
Azul
Azul es el color de las princesas que azulejan el paso de los días, azul, como el color de la alegría, azul, como el azul de la tristeza; Azul, pero de azul delicadeza, como ríos de azulada geografía, azul como el azul de la poesía, azul como la boca que nos besa. Yo te pienso en azul, azul marino, azul mar, azul cielo de las cosas, como un beso de rosas; Azul, como los versos de Sabina, azul, de azul mariposa, azul, azul, azul, azul, azul.
sábado, marzo 18, 2006
Después de tanta cosa rara un momento de alegria
Después de una semana medio complicada, este sábado recibí una gran alegría, el triunfo de Cuba ante Dominicana y su pase a la final del clásico mundial, todavía estoy en la celebración y con una sonrisa de oreja a oreja.
Yuliesky, así se levanta uno de los pequeños errores, muy bien compañero. Martí y Lazo, que cátedra de pitcheo. Pestano, eres mi ídolo Arielito.
¿en Holguín siguen celebrando?
Porque a pesar de los pesares, como sea, ¡Cuba va!
viernes, marzo 17, 2006
Érase una vez...
Una mujer que dejó de buscar:
... Un caballero andante
........... no necesitaba ser rescatada
... Un príncipe azul
........... no creía en las familias reales y prefiere el color carne
... Un héroe de leyenda
........... siempre están fuera, nunca están.
... Un poderoso hechicero
........... la magia está en el amor (solo el amor engendra la maravilla)
Dejó de buscar a aquél hombre de cuentos y fantasías. Y en esa no-búsqueda aprendió
... A defenderse
... A luchar
... A levantarse
... A salvarse a sí
... A amarse
No requiere de un príncipe-héroe-caballero-hechicero a su lado para salvarla.
......... Se sabe guerrera
......... Se sabe dama
......... Se sabe hechicera
......... Se sabe mujer
Así va construyendo su vida día a día. Y es felíz.
Y colorín colorado... este cuento no ha terminado.
... Un caballero andante
........... no necesitaba ser rescatada
... Un príncipe azul
........... no creía en las familias reales y prefiere el color carne
... Un héroe de leyenda
........... siempre están fuera, nunca están.
... Un poderoso hechicero
........... la magia está en el amor (solo el amor engendra la maravilla)
Dejó de buscar a aquél hombre de cuentos y fantasías. Y en esa no-búsqueda aprendió
... A defenderse
... A luchar
... A levantarse
... A salvarse a sí
... A amarse
No requiere de un príncipe-héroe-caballero-hechicero a su lado para salvarla.
......... Se sabe guerrera
......... Se sabe dama
......... Se sabe hechicera
......... Se sabe mujer
Así va construyendo su vida día a día. Y es felíz.
Y colorín colorado... este cuento no ha terminado.
Destruidme
Así como la humedad que entró por una esquina del techo de mi casa y se las ingenió para infiltrarse hasta dejar un charco en donde se suicidan mis letras,
destruidme.
Sí, me pongo al frente para que practiquen al tiro al blanco, tiren todo lo que quieran, no me importa.
Al fin de cuentas, si creen que todo es una mentira, no trataré de convencerlos de lo contrario, hoy decidí que las explicaciones me las guardaré para mi y sólo para mi, hasta nuevo aviso...
Hoy
Que triste es ver que el viento borra hasta los sentimientos más eternos
jueves, marzo 16, 2006
Azul
No se lo he preguntado, pero creo que no le gustaría que dijera su nombre, entonces, obedenciendo al instinto, la llamaremos Azul, como el color que tanto le gusta...
Ella no sabe, pero me ha enseñado, tampoco lo sabe, pero admiro la honestidad con la que sonríe. Le reprocho que sea celosa, pero me sorprenden su pasíon y entrega que saben desplazarse a grandes distancias. Me preocupa el púrpura de su dolor, pero entiendo que es parte de su transformación.
Azul es una de mis amigas, de esas, a las que quiero con la mano izquierda...
Ella no sabe, pero me ha enseñado, tampoco lo sabe, pero admiro la honestidad con la que sonríe. Le reprocho que sea celosa, pero me sorprenden su pasíon y entrega que saben desplazarse a grandes distancias. Me preocupa el púrpura de su dolor, pero entiendo que es parte de su transformación.
Azul es una de mis amigas, de esas, a las que quiero con la mano izquierda...
Hasta pty
¡¡¡Me declaro culpable!!!
- Me gusta la leche con chocolate
- Una vez probé alucinógenos
- Soy muuuy dormilona
- Me gustan los besos mordidos
- La mayoría de mi ropa es color negro o verde
- Me encantan las estrellas y las libélulas
- Me gusta escuchar canciones de adoloridos y corta venas
- Me encanta la playa
- Me gustan las aventuras, más no los riesgos
- Extraño a mi mamá y a mi papá
- Me gustar cantar a gritos cuando estoy sola
- No me gusta que me tomen fotos
- A veces lloro por las noches sin saber porqué
- Lloro en las películas y me siguen sorprendiendo como la primera vez que las vi (ultimo caso Suite Habana)
- A veces me siento sola
- Me encanta comprar calzones y tangas
- Extraño jugar a las escondidas
- Tengo una extraña obsesión por las ventanas
- Cuando me cortejan soy muy nerviosa
- Cuando cortejo me divierto
- Estoy leyendo otra vez la insoportable levedad del ser y me encanta, porque la vida es un mar de casualidades, ¿o no?
- Me gusta un beso y lo que le sigue
- Me encanta el sushi
- Me gustan las flores, sobre todo las gerberas
- Soy feliz comiendo dulces y embarrándome como cuando era niña
- Sigo afirmando que todas somos brujas y no princesas
Yaaaa, hoy sí cumplí con lo prometido, jejeje.
Infierno de supermercado
Bruja mala del cuento:
pase a la hoguera dos.
Sí, sé que se piensa, se supone y se llega a la conclusión que lo que pasó es invento mío, que esto era mi graduación para dejar de ser aprendiz y convertirme en una Bruja en toda la extensión de la palabra, lo acepto, estoy en fila para la hoguera...mientras tanto, mi teléfono sigue sonando...
El fuego conoce el nombre
de cada uno de los quemados.
(Hasta los oí gritar el mío).
miércoles, marzo 15, 2006
Un día en la vida, ¿difícil?
Abro los ojos, se me olvidó lo que soñé, maldigo al despertador, al frío de la mañana y al remolino de cobijas que juegan con mi desorientado cuerpo en medio de la cama.
Me miro al espejo solamente para corroborar que es el enésimo día seguido que no tengo respuestas claras a mis dudas. Me dá pereza desayunar, me como lo que puedo a lo rápido.
De camino al trabajo, sin solicitud, un pequeño pensamiento me fulmina en un instante, un segundo, como si fuera una aguja que se incrusta en mi materia gris, pero ese recuerdo se volatiza acabando con un monólogo silencioso que sólo yo escucho, mientras me repito: -vaya con esta historia loca-. Te medio-sonríes.
Llego, saludo, divago, leo, escribo, me siento, me río.
Un café a media mañana, -no, hoy invito yo-, una charla sobre nada importante, sobre algo sumamente importante. Un café que ya se terminó.
De regreso, sin mucho por hacer, una tentación a dar un vistazo a la red: -¿y cómo andará?-. Un zoom a mi mano derecha mientras va dejando caer clicks de ratón. Ahora es la pantalla quien me mira y no al revés. No me concentro mientras leo. Divago, salto a otras páginas, regreso y voy, me detengo, me enfoco, me prolongo.
Almuerzo, así de simple, almuerzo.
Respiro, juego.
Me prometo regresar temprano a la noche, vuelvo a repetir el ritual de la tarde. -suena la sirena, de vuelta al trabajo-
Estoy densa.
El teléfono.
"Como esperando abril" en la radio.
El mail de aquella que no me escribía de hace tiempo.
La bulldog que se le ocurre hacer cambios a última hora.
La sonora risotada por algo que los demás no le encuentran sentido.
El teléfono otra vez.
El Alien que me visita.
Dejo de estar deeensa.
Una que otra llave/clave/signo que se asoma tímidamente.
Un jodido proyecto pendiente de entregar, de cumplir, una fecha retrasada.
Mariposas en la radio.
Un atardecer que no pude ver.
Esto se acaba.
En el cubo de 4 x 4 x 2 que intenta ser dormitorio me acomodo, la tele, el control remoto y el reportaje de turno.
Con la pijama puesta exijo traer a la superficie ese recuerdo instantáneo de la mañana. Recreo en la mente que estuve a punto de poner un comentario, un mail, un mensaje; pero no, me dá pereza, y no me dá pereza... los miedos, los respetos, las explicaciones aclaratorias innecesarias que se contraponen con el deseo de decir algunas cosas que ya sabes pero que no me canso de decirlas. Tu lo sabes. Yo lo sé. Y de decir otra cosas que no sabes y que moriría porque las sepas - Y de tu curiosidad por lo mío-
Un mail o un .doc parado en la frontera divisoria con un pié en el "Enviar" y otro en el "Cancelar". Pienso: -dejemos que siga así, más adelante lo resolveré-, duele, aunque menos que antes. Es el precio que yo he pagado por abrirte mi ventana de la verdad, mi megaembalse.
Me rezo, y aplico las dos cosas: quiero y estoy.
Me duermo y sueño, me arremolino giratoriamente.
Mientras tanto la luna me ve. Yo te veo.
La noche es. Yo soy, y también además soy con ella.
Mientras tanto yo pienso. Yo extraño, yo oigo "Donde habita el olvido", yo me drogo con cafeína, y yo te escribo esto.
Mientras tanto me doy cuenta que otra vez, otra puta y cabrona vez he roto mis propias promesas. heme aquí.
La noche es. Yo soy, y también además soy con ella.
Mientras tanto yo pienso. Yo extraño, yo oigo "Donde habita el olvido", yo me drogo con cafeína, y yo te escribo esto.
Mientras tanto me doy cuenta que otra vez, otra puta y cabrona vez he roto mis propias promesas. heme aquí.
Me relajo, me acuerdo, me sonrío
me hiero, me duelo y existo.
Raro.
Inexplicable.
Abstracto.
Distante.
Real.
Intenso.
Inexplicable.
Abstracto.
Distante.
Real.
Intenso.
El día es. La luz es. Yo no soy ninguna.
Lees esto, lees entre líneas, te detienes en este punto, si, justo aquí.
Lees esto, lees entre líneas, te detienes en este punto, si, justo aquí.
No sé si ese mail llegará...
Quizás ahora estés leyendo todo, otra vez desde el principio.
Pesadillas
¡Diablos! ayer tuve una pesadilla...
La última vez que tuve una fué hace 8 años; en ese entonces estaba en un grupo de teatro y estábamos ensayando para una obra sobre Leyendas de Aguascalientes.
En ese entonces el ensayo se hacía de noche en un jardín que está entre una iglesia y un cementerio. La noche de aquella pesadilla habíamos hecho ejercicios de interiorización para ubicarnos en la época virreynal y regresé a casa a media noche. Recuerdo que ese día estaba sola en casa y dormía profundamente cuando me desperté sobresaltada, y en mitad de la noche me pareció ver junto a mi cama un rostro gris horrible, con una sonrisa burlona. Solo me aferré a las cobijas y un grito ahogado se había trabó en mi garganta. Con el corazón palpitante encendí la luz y -lógicamente- no había nada. Mi mente me repetía una y otra vez que era una pesadilla producto de mi imaginación, que me había influído el ensayo, pero mi corazón latía tan rápidamente y sentía una opresión en el pecho del susto que pasé que me tardé dos horas para dormir nuevamente.
Ahora no estoy en teatro, ni me la paso en jardines lúgubres o en cementerios a media noche, pero el susto de ayer fué realmente angustiante...
Dormía a pierna suelta cuando sentí (casi ví) que la silueta de un hombre se acercaba sigiloso junto a mi cama y que me atacaba; me desperté saliendo rápidamente de la cama y comencé a atisbar en la oscuridad buscando la supuesta silueta con el corazón latiéndo fuerte en mi pecho. No había nada. Encendí la luz y comencé a recorrer lentamente mi cuarto, salí y comencé a encender y recorrer toda la casa en busca de algún intruso. Nada. Volví a recorrer cada cuarto revisándolo cuidadosamente mientras apagaba cada luz encendida durante el primer recorrido... Nada. Solo estaba mi hermana mirándome con cara de "¿qué carajos haces a las tantas horas de la madrugada? ¡Ya déjame dormir!".
Volví a mi cama, la inquietud seguía anidada en mi pecho. Miré el reloj: 2 am. Me preguntaba qué cosa me había puesto mal al grado de provocarme semejante pesadilla, creo que conozco la respuesta...
Hay pesadillas horribles donde aparecen seres deformes y situaciones extremas. Pero aquellas donde existe la posibilidad de que algo ocurra (un incendio, un intruso, o similares) son las más angustiantes que puede uno tener...
La última vez que tuve una fué hace 8 años; en ese entonces estaba en un grupo de teatro y estábamos ensayando para una obra sobre Leyendas de Aguascalientes.
En ese entonces el ensayo se hacía de noche en un jardín que está entre una iglesia y un cementerio. La noche de aquella pesadilla habíamos hecho ejercicios de interiorización para ubicarnos en la época virreynal y regresé a casa a media noche. Recuerdo que ese día estaba sola en casa y dormía profundamente cuando me desperté sobresaltada, y en mitad de la noche me pareció ver junto a mi cama un rostro gris horrible, con una sonrisa burlona. Solo me aferré a las cobijas y un grito ahogado se había trabó en mi garganta. Con el corazón palpitante encendí la luz y -lógicamente- no había nada. Mi mente me repetía una y otra vez que era una pesadilla producto de mi imaginación, que me había influído el ensayo, pero mi corazón latía tan rápidamente y sentía una opresión en el pecho del susto que pasé que me tardé dos horas para dormir nuevamente.
Ahora no estoy en teatro, ni me la paso en jardines lúgubres o en cementerios a media noche, pero el susto de ayer fué realmente angustiante...
Dormía a pierna suelta cuando sentí (casi ví) que la silueta de un hombre se acercaba sigiloso junto a mi cama y que me atacaba; me desperté saliendo rápidamente de la cama y comencé a atisbar en la oscuridad buscando la supuesta silueta con el corazón latiéndo fuerte en mi pecho. No había nada. Encendí la luz y comencé a recorrer lentamente mi cuarto, salí y comencé a encender y recorrer toda la casa en busca de algún intruso. Nada. Volví a recorrer cada cuarto revisándolo cuidadosamente mientras apagaba cada luz encendida durante el primer recorrido... Nada. Solo estaba mi hermana mirándome con cara de "¿qué carajos haces a las tantas horas de la madrugada? ¡Ya déjame dormir!".
Volví a mi cama, la inquietud seguía anidada en mi pecho. Miré el reloj: 2 am. Me preguntaba qué cosa me había puesto mal al grado de provocarme semejante pesadilla, creo que conozco la respuesta...
Hay pesadillas horribles donde aparecen seres deformes y situaciones extremas. Pero aquellas donde existe la posibilidad de que algo ocurra (un incendio, un intruso, o similares) son las más angustiantes que puede uno tener...
červenýtas
Cuando era niña, mi madre me contaba sobre los "červenýtas", (su traducción al español podría ser algo así como "colorados" o "colorines") y su propiedad para guardar los sueños. Los "colorines" son unas vainas pequeñas de color rojo, fruto de unos árboles enormes.
Cuando íbamos de vacaciones al pueblo donde nació mamá, me entretenía recolectando colorines, después corría al regazo de mi madre para que respondiera:
- ¿Qué sueños son los que recolecte hoy? Sus respuestas siempre eran distintas, iban desde:
- Alegrías cuando comas helado, tendrás dulces sueños esta noche, te regalaran un nuevo libro, verás una hora más televisión, vendrá papá a casa, iremos de vacaciones al mar, verás estrellas fugaces, viajarás con Laika, la luna estará enorme hoy, lloverá y podrás salir.
Era tan lindo escuchar sus explicaciones sobre los sueños atrapados en los "colorines".
Esta tarde recordé su explicación y encontré dos colorines en casa, mismos que pondré a germinar para que de ellos salgan los sueños que están atrapados.
El primero tiene atrapado el sueño que hará más fuerte y más valiente a mi amiga panameña.
El segundo el que hará que yo esté tranquila los siguientes días y pierda el miedo a lo desconocido.
A propósito de odios
Odio los dolores que me amarran,
las camas que no me esperan,
las llamadas que me hacen,
los silencios que no me callan.
Odio los umbrales que no me alejan
los cafés que me hacen falta
las miradas que no me siguen
los secretos que no se callan.
Odio los minutos que vuelven
las notas que ya no suenan
el calor que se me enfría
los panteones que no me matan.
Odio la lluvia que no me deja secarme
el frío que no me deja abrigarme
los caminos que no me dejan pisarles.
Odio las puertas que no me dejan entrar,
los zapatos que no me dejan correr,
las personas que no me dejan seguir.
las camas que no me esperan,
las llamadas que me hacen,
los silencios que no me callan.
Odio los umbrales que no me alejan
los cafés que me hacen falta
las miradas que no me siguen
los secretos que no se callan.
Odio los minutos que vuelven
las notas que ya no suenan
el calor que se me enfría
los panteones que no me matan.
Odio la lluvia que no me deja secarme
el frío que no me deja abrigarme
los caminos que no me dejan pisarles.
Odio las puertas que no me dejan entrar,
los zapatos que no me dejan correr,
las personas que no me dejan seguir.
martes, marzo 14, 2006
Óleo con Bruja
Te devuelvo los engaños de tu escoba,
no me juegues con tus naipes del destino,
ya no quiero ser un gato en el castillo
de una anciana en mecedora.
no me juegues con tus naipes del destino,
ya no quiero ser un gato en el castillo
de una anciana en mecedora.
Ya no llores por la sangre que has perdido,
que no es para asustarse.
A mí también van a matarme.
Ya no sirven tus promesas sin futuro,
ya la aurora me ha entendido, no hago alarde
de haber firmado con mi estrella en tu paisaje
a la espera de un conjuro.
Ya no sirven tus promesas sin futuro,
ya la aurora me ha entendido, no hago alarde
de haber firmado con mi estrella en tu paisaje
a la espera de un conjuro.
Yo no he sido el que ha comido de tu carne,
y no es el fin del mundo.
Ya no vas a hipnotizarme.
Ya he limpiado tus murmullos de mi alcoba,
no es cuestión de libertad o de independencia,
es que estoy con un dragón en la paciencia
escribiéndote otra historia.
Ya he limpiado tus murmullos de mi alcoba,
no es cuestión de libertad o de independencia,
es que estoy con un dragón en la paciencia
escribiéndote otra historia.
Ya no estamos en la vida igual que antes,
y no es que me sorprenda...
A mí también van a matarme.
Anarquía
Nací con la primera revuelta insumisa, inquieta, desgreñada. Me construí a mi misma desnuda, bella, irreverente. Desde mis huesos inermes partió la primera blasfemia hacia el creador... Me negué a ser sometida, dirigida, apadrinada. Me transformé en apóstata fui acusada de irreligión. Fui condenada, pero mis alas eran de fénix, y en raudo abandoné las hogueras y atravesé los océanos... Vi yugos por dondequiera, calambres y hambre, parlamentos y lamentos, aprendí la desesperación. Cavé con las uñas una trinchera de sueños y me embriagué con esa pandilla de niños locos y poetas náufragos... Miré a la izquierda, miré a la derecha y vi rostros sucios ocultos tras limpios uniformes vertiendo la sangre de los pueblos en nombre de la justicia, la dialéctica y otras empalagosas quintaesencias... Y tomé la rabia, y la afilé, y lancé truenos contra los tronos, enemiga de los gobiernos, enemiga de las patrias, enemiga del dolor. Abrazo al mundo, vivo y no ruego, amo y resisto sus tiranías.
¡¡¡Soy la Anarquia !!!
jueves, marzo 09, 2006
Años atrás
Hace ya algunos años, fui una niña solitaria, me gustaba jugar sola y jugaba sola porque cuando jugaba con los demás niños me tocaba ser la amiga del bueno o del malo, osea, una especie de actor de reparto.
Pero un infausto día ocurrió lo que tenía que ocurrir. Me tocó ver "Los cazadores del arca perdida", a partir de entonces mi vida giró, no sé cuánto, pero giró. Lo que el Llanero solitario hizo en muchos niños de otras generaciones, Indiana Jones lo hizo en mi, era fascinante ver a ese tipo someter a los malos con su látigo, enfrentarse con serpientes, buscar tesoros, eludir rocas esféricas, saltar de un vagón a otro en un tren en marcha y no se que otras aventuras más
.
Al salir del cine, ya sabía como quería ser. Y a partir de ese momento mis solitarios juegos se desarrollaban en el patio de mi casa, transformada en una selva llena de infortunios. A falta de serpientes, los escarabajos que vivían en los troncos de los árboles tomaban ese rol, y sin tener un látigo, las guías del pasto eran perfectas para esto, cientos de insectos murieron en cumplimiento de su papel actoral.
En el patio de mi casa había un árbol muy grande, el cual nos daba trabajo a mi hermana y a mi los otoños, barriendo y recogiendo hojas caídas. Uno de los juegos favoritos de mi hermana era subirse a ése árbol. Yo no me atrevía, demasiado silvestre para mí.
Pero ahora que era la versión femenina de Indiana Jones de la Versalles (la calle donde vivo), subirse a ése árbol era una obligación. De un brinco alcancé la rama más baja y de ahí seguí trepando como chango apoyándo brazos y piernas en coyunturas y hojas secas. Al fin estaba bien acomodada en lo alto, vi la azotea de mi casa, el patio de la casa del vecino y su perro ladrándome. Debí haber imaginado algo así como: "Recórcholis, será difícil llegar a esas tierras con esa bestia ahí". (El "recórcholis" está justificado por los cómics que leía, osea, no hablaba así de niña, no era tan rara).
Luego de mi triunfal ascenso, decidí que era hora de bajarme del árbol. Me quedé un momento pensando y me dije: "¿Y ahora cómo le hago?", me sujeté de la rama más cercana, pero mis piernas no querían seguirme, luego pensé que mejor bajaba primero las piernas y luego lo demás, pero mis brazos no querían lo mismo, la mitad de mis extremidades que se mantenían arriba tenía miedo de caer y azotar junto con mi humanidad.
Entonces hice lo que toda heroína debe hacer en un caso como estos: Llamarle a su mamá.
Le grité a mi progenitora a todo pulmón, pero nadie acudía a mi rescate. Me cansé de gritar y me estuve ahí arriba hasta que se estaba metiendo el sol. Me gustaría saber que pensaba en ese ratote que estuve en la cima, quizá maldecía a Spielberg por las mentiras tan chidas que nos contaba, o a lo mejor me acordaba de la tarea de la escuela que no había hecho por andar de inadaptada jugando sola, o me entretenía aplastando escarabajos pensando que eran serpientes que me atacaban.
Fue entonces que mi madre salió a avisarme que ya estaba la cena, yo sentí que llegaba el ejército inglés a rescatarme.
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Años más tarde, trataba de conciliar el sueño y encendí la radio para tener algún arrullo. A punto de caer dormida, oí algo como que a un tipo le habían robado el mes de abril, que recostaba su cabeza en el hombro de la luna, que se sentía torpe como un suicida sin vocación, lascivo como el beso del coronel e inquieto como párroco en un burdel. Luego el trasnochado locutor decía: Y esto fue Joaquín Sabina. Y me dormí.
Fue entonces que mi madre salió a avisarme que ya estaba la cena, yo sentí que llegaba el ejército inglés a rescatarme.
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Años más tarde, trataba de conciliar el sueño y encendí la radio para tener algún arrullo. A punto de caer dormida, oí algo como que a un tipo le habían robado el mes de abril, que recostaba su cabeza en el hombro de la luna, que se sentía torpe como un suicida sin vocación, lascivo como el beso del coronel e inquieto como párroco en un burdel. Luego el trasnochado locutor decía: Y esto fue Joaquín Sabina. Y me dormí.
Al otro día traía el nombre de Joaquín Sabina en la cabeza. En esa época yo ya ganaba dinero pues trabajaba en una fábrica de conservas (muy buenas por cierto), así que fui a la tienda de discos y compré el casette más reciente de Sabina, titulado Física y Química.
Llegué a mi casa, lo oí, después lo volví a poner, y luego otra vez. Al final ya sabía como quería vivir mi vida. La última canción del álbum se llama Pastillas para no soñar:
SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ NO PRUEBES LOS LICORES DEL PLACER./ SI ERES ALERGICO A LOS DESENGAÑOS/ OLVIDATE DE ESA MUJER./ COMPRA UNA MASCARA ANTIGAS,/ MANTENTE DENTRO DE LA LEY./ SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ HAZ MUSCULOS DE 5 A 6./ Y PONTE GOMINA QUE NO TE DESPEINE/ EL VIENTECILLO DE LA LIBERTAD./ FUNDA UN HOGAR EN EL QUE NUNCA REINE/ MAS REY QUE LA SEGURIDAD,/ EVITA EL HUMO DE LOS CLUBS,/ REDUCE LA VELOCIDAD,/ SI LO QUE QUIERES ES VIVIR CIEN AÑOS/ VACUNATE CONTRA EL AZAR./ DEJA PASAR LA TENTACION/ DILE A ESA CHICA QUE NO LLAME MAS/ Y SI PROTESTA EL CORAZON/ EN LA FARMACIA PUEDES PREGUNTAR:/ ¿TIENEN PASTILLAS PARA NO SOÑAR?/ SI LO QUE QUIERES ES CUMPLIR CIEN AÑOS/ NO VIVAS COMO VIVO YO.
Después de estos sabios consejos, y de haber conseguido un par de discos anteriores a éste, aproveché la primera invitación de mis amigos para salir a pasar un bonito momento de sano esparcimiento. Llegamos a un antro, ya había ido antes a ese lugar, pero no con mi nueva faceta de maldita de la noche, la calle y los perdedores. Mientras mis amigos platicaban de cosas de la vida, yo pensaba que "es mentira que no tenga enemigos, es mentira que no tenga razón, es mentira que acepte que el ombligo del mundo no soy yo". Y así nos dieron las diez y las once, las doce, la una y las dos y las tres. Y yo estaba más alcoholizada que lo que nunca había estado en todos los años de mi vida.
Me fui a mi casa, me acosté y mientras todo me daba vueltas pensaba: ¿Y ahora quién me bajará de este árbol?
¡¡¡¡¡Yaaaaaaaaaaaaa!!!! es suficiente
Esta semana está pero que si bien del nabo (para aquéllos que no sepan la definición de: está del nabo y similares... es algo así como bien de la chingada... ¿ven? tan fea la semana que ya hasta ando escribiendo groserías en un lugar que no es para eso)
Continuando... esta semana está pero que si bien del nabo y ya no la tolero. quiero que termine YA... no quiero hacer análisis del discurso, ni el manual de codificación de contenido, ni leer historia de las ideas políticas, ni el estudio de México contemporáneo, ni quiero que me digan que hacer, ni que me digan que es el bien y que es el mal... no me gusta que me presionen, ni que me digan cosas sobre Dios que ya sé... ODIO TODO ESOOOOOOOOOO...
Extraño mi compu y odio escribir en esta computadora que siento tan impersonal... odio que digan que todo está bien pero ya nada sea lo mismo... por lo visto... odio las despedidas... odio todo este día... odio tener planes inciertos para el fin de semana... odio querer llorar y no poder porque estoy frente a una computadora y no frente un amigo necesario.
Continuando... esta semana está pero que si bien del nabo y ya no la tolero. quiero que termine YA... no quiero hacer análisis del discurso, ni el manual de codificación de contenido, ni leer historia de las ideas políticas, ni el estudio de México contemporáneo, ni quiero que me digan que hacer, ni que me digan que es el bien y que es el mal... no me gusta que me presionen, ni que me digan cosas sobre Dios que ya sé... ODIO TODO ESOOOOOOOOOO...
Extraño mi compu y odio escribir en esta computadora que siento tan impersonal... odio que digan que todo está bien pero ya nada sea lo mismo... por lo visto... odio las despedidas... odio todo este día... odio tener planes inciertos para el fin de semana... odio querer llorar y no poder porque estoy frente a una computadora y no frente un amigo necesario.
Odio todo el día de hoy... odio que hoy me sienta más estúpida que de costumbre, odio ser molesta (para mi y para los demás)... ODIO TODO ESTE DÍA.
Saborea...me
martes, marzo 07, 2006
Inventario
- Un par de oídos necios que se rehusan a escuchar graves.
- Dos ojos que han dejado de ver de cerca, para extrañar de lejos.
- Una mano llorosa y otra sangrando.
- Unos pies cansados de andar en terracería.
- Unos hombros desnudos hechos de lluvia.
- Una espalda de cristal, deteriorada por el viento.
- Una cadera de plastilina.
- Una cintura de sueños, con un ombligo desierto.
- Un corazón roído por sueños ajenos.
- Una boca sabor a cereza.
- Un cuello necesitado de caricias.
- Un par de muslos congelados de ausencia.
... y un ala rota,
carente de vuelo
- Dos ojos que han dejado de ver de cerca, para extrañar de lejos.
- Una mano llorosa y otra sangrando.
- Unos pies cansados de andar en terracería.
- Unos hombros desnudos hechos de lluvia.
- Una espalda de cristal, deteriorada por el viento.
- Una cadera de plastilina.
- Una cintura de sueños, con un ombligo desierto.
- Un corazón roído por sueños ajenos.
- Una boca sabor a cereza.
- Un cuello necesitado de caricias.
- Un par de muslos congelados de ausencia.
... y un ala rota,
carente de vuelo
Contradicción
Quiero
No me atrevo
Deseo
Me alejo
Suspiro
Me reprimo
Sueño
Me despierto
Hablo
Guardo silencio
Pretendo
Me limito
Amo
Lo niego
Canto
En silencio
Bailo
Me aquieto
Confío
Me pregunto
Intento
Sin fé
Y en medio de la contradicción
estoy yo,
cortándome las alas.
No me atrevo
Me alejo
Me reprimo
Me despierto
Guardo silencio
Me limito
Lo niego
En silencio
Me aquieto
Me pregunto
Sin fé
Y en medio de la contradicción
estoy yo,
cortándome las alas.
Mentí
Mentí en todas y cada una de mis respuestas.
Y si te lo digo, es porque tu lo supiste desde siempre;
tenías esa forma sútil de saber lo que estaba pensando,
de imaginar mis pies desnudos buscándote bajo las sábanas,
y de adivinar, siempre atinando, los sonidos de mi mirada.
Fuiste el único al que le permití ver
adentro, afuera, de cabeza, de lado y de espaldas
los misterios, secretos y verdades de esta aprendiz de bruja.
Dejo esos años guardados en el cajón azul
porque la verdad es que no soporto la idea
de volar con alas rotas, durante la noche sin tí,
la única persona, capaz de vivirme o matarme.
Me preguntaron por qué me iba...
y mentí en todas y cada una de mis respuestas.
Y si te lo digo, es porque tu lo supiste desde siempre;
tenías esa forma sútil de saber lo que estaba pensando,
de imaginar mis pies desnudos buscándote bajo las sábanas,
y de adivinar, siempre atinando, los sonidos de mi mirada.
Fuiste el único al que le permití ver
adentro, afuera, de cabeza, de lado y de espaldas
los misterios, secretos y verdades de esta aprendiz de bruja.
Dejo esos años guardados en el cajón azul
porque la verdad es que no soporto la idea
de volar con alas rotas, durante la noche sin tí,
la única persona, capaz de vivirme o matarme.
Me preguntaron por qué me iba...
y mentí en todas y cada una de mis respuestas.
miércoles, febrero 15, 2006
Lo siento no me pude resistir, jajajaja
¿Qué se puede decir en un día como ayer? ¿es preferible caer en el juego comercial y ceder a una vorágine imparable de consumo donde tanto lo orgánico como lo inorgánico son productos y mercancías de consumo? ¿O sería mejor decir que todo está mal, que todo es parte de una confabulación de los grandes capitales para convencernos e imponernos la idea de que hoy debemos desenvainar nuestras carteras y consumir hartas cantidades de carbohidratos, adquirir inútiles flores de ornato, cenar en un restaurante exótico acompañados de ese ser humano cuya presencia al menos en teoría consigue alterar ciertas funciones fisiológicas de nuestra anatomía y después dirigirnos a algún hostal, hotel o algún otro comercio de la pernoctación con enfoque sensualoide para tener sexo mientras nos imaginamos en una perspectiva de tercera persona con cortes difuminados como película cursi de Leonardo DiCaprio? El juego del consumo o el juego de la rebeldía sosa que nos hace sentir tan singulares cuando en realidad son tantos los que dicen despreciar el 14 de febrero como los que se emocionan comprando tarjetas, paletas y chocolates con forma de corazón. Al carajo. Mejor no decir nada. El día es tan vacío que todo lo que se diga a favor o en contra será igual de estúpido y fútil (deberían cambiarle el nombre de "Día de San Valentín" a "Día de Moderatto", sería más apropiado). Si acaso me quedaría con el sexo y ya.
------------------------
Disculpen la amargura, no me pude resistir, jajajaja, pero al menos lo hice un día después para no afectar la sensibilidad de nadie, jejejeje
jueves, febrero 09, 2006
9 de Febrero del año en curso, cualquiera que éste sea
A la lluvia de febrero siempre le ha gustado
albergar recuerdos perdidos entre sus gotas,
recuerdos que alguna vez alguien... olvidó archivar.
La Aprendiz de Bruja se despertó por la mañana, un poco mas tarde que de costumbre, los cristales de sus ventanas lucían empañados, se acercó un poco a una de ellas y pudo ver un cielo triste y gris que daba la impresión de estarse desparramando a gotas sobre una ciudad que en esos momentos parecía adoptada por la tristeza.
Se sorprendió a si misma al darse cuenta que no podía recordar cuando había sido la ultima vez que había visto llover. No podía recordarlo, sin embargo sentía que en alguna ocasión ya había visto desparramarse al cielo de esa forma y que se había mojado de tristeza.
Al percatarse de que no se escuchaba ningún ruido en el interior de la casa, se dirigió a la cocina por un poco de agua, en la cocina tampoco había nadie así que pensó que su hermana probablemente había ido a algún lugar cercano a buscar algo para desayunar y que no tardaría mucho en regresar.
Mientras tanto decidió dar un paseo por la casa y explorar todos esos rincones que por momentos se le hacían tan desconocidos o que quizá jamás se había acercado siquiera a ellos.
Descubrió algunas cosas curiosas, pero sin duda lo que más le llamó la atención fue ese cuarto decorado con una gran cantidad de fotografías. Pasó algunos minutos observándolas, encontró mucha gente desconocida en algunas de ellas y pensó que si las tenía era porque en algún momento habían significado algo importante en su vida, sin embargo no logró recordarlo así que decidió que de ahora en adelante las marcaría con alguna anotación y la fecha para no hacerlas presa de esos despistes que últimamente hacían que todo lo que veía, lo viera como si fuera la primera vez.
Entre las fotos encontró las de aquel viaje y en esos momentos más que recuerdos fueron sentimientos los que se le amontonaban en su cabeza. Cuanto debía quererlos para que en ese momento estuviera cerrando los ojos y sintiera cosquilleos en la espalda y al respirar profundamente dejara de percibir el olor de la lluvia.
Absorta en sus pensamientos desvió un poco la mirada de la pared llena de fotografías y descubrió un enorme ventanal, en el cual imaginó que la luna se colgaba por las noches estrelladas y que el sol impaciente venia a buscarla en amaneceres imprevistos.
Junto al ventanal había una mesa, sobre de la mesa un tintero viejo, una pluma y algunos papeles. Se acercó a la mesa y empezó a leer los papeles que había sobre de ella. Eran cartas, poesías y algunas cosas de las cuales le gustaba escribir. Había escritos sobre esa luna colgada del ventanal y sobre como el sol la acosaba en aquellas noches rotas a destiempo, había escritos sobre el silbido de los grillos y sobre como contenía la respiración para escucharlos, había escritos sobre promesas sin fecha de caducidad... y se volvió cimbrar mientras se sumergía en las viejas letras que melancólicas cantaban canciones compuestas de madrugada.
Bajo el último de los escritos había un sobre abierto con una leyenda que decía 9 de febrero del año en curso, cualquiera que este sea. Llena de curiosidad sacó los papeles del sobre, encontró un par de certificados de defunción con los nombres de sus padres.
Y mientras el cielo continuaba rompiéndose,
el viejo tintero sobre la mesa... se llenó de lágrimas.
Hoy hace un año... ellos nos cuidan desde su ventana cósmica
y nos visitan de vez en cuando
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