Hace unos 8 meses conocí a una chava en mi actual trabajo. No era alguien que sobresaliera de manera especial, ni era de esas personas que dicen que "nacen con una estrella". Al contrario era una chicas común y corriente - casi tanto como yo-, pero si realmente la llegabas a conocer, te daba y te enseñaba mucho más de lo que ella misma creía.
Yo me puedo contar entre los afortunados que la llegamos a conocer muy bien, me demostró que a pesar de los miles de problema que tenía, aún se podía buscar esa felicidad que por muchos años se le había escondido, finalmente nunca la pudo encontrar... me da rabia, cómo una persona tan buena le pasan estas cosas...
Siempre recordaré sus ojos, esos ojos tristes que te contaban toda su vida con sólo mirarlos un instante, su voz y su andar pausado, su amor por su hijo y su bondad infinita. Yo siempre creí que en la vida tarde o temprano le llegarían cosas buenas... me equivoque, no tuvo tiempo. Hoy quiero creer que ella es una estrella más en el cielo a la cual puedo saludar cada noche.
Yo no voy a hablar maravillas de ella (como ahora hacen algunos arrepentidos) porque yo la quise a su tiempo y en su momento, sin duda ella sabe que para mi siempre será de esas personas inolvidables que dejan una profunda huella.
De ella sólo me queda una foto, ahora un tesoro para mi.
Yamileth, donde quieras que te encuentres, sabes que mi corazón está contigo, ya llegará el momento de volver a vernos...
jueves, febrero 28, 2008
miércoles, febrero 20, 2008
Burbujas y más burbujas
1. A veces quisiera ser "normal". Quisiera ser como algunas niñas que iban conmigo en esa escuela de monjas en donde pasé un breve periodo de mi vida, en la cual nos enseñaban a ser “señoritas bien”, con una cultura general bastante respetable pero encerradas en una burbuja. Creo que la idea era que nuestros papás nos tuvieran en esa burbuja en la que permaneceríamos hasta que termináramos la carrera en una universidad privada, haciendo tiempo hasta que un hombre de bien nos sacara para llevarnos a una burbuja nueva, esta vez viviendo en sagrado matrimonio, en donde haríamos cosas que nos harían sentir plenas y realizadas como mujeres: trabajaríamos en algo interesante, no por necesidad sino por gusto, y sería un trabajo que nos permitiera atender a los niños porque ninguna mujer está realizada sin un montón de niñitos. Nuestro trabajo sería construir una nueva burbuja para los niñitos tales, y reunir los siguientes elementos: auto, casa, perro, vacaciones dos veces al año de preferencia al extranjero, eventos sociales con la familia, café con las amigas, acercamientos esporádicos a “la cultura” y poco o nulo contacto con la economía. No nos estaría permitido entender la política ni hablar de ella; sería vulgar y además eso no tendría una relación directa con nuestra burbuja. Nuestras tragedias cotidianas no tendrían que ver con la justicia social y nunca cuestionaríamos al sistema, so pena de que se rompiera la burbuja. En la madurez, veríamos con placer a nuestros hijos irse a sus propias burbujas y moriríamos plenas, con varias idas a misa en nuestro haber; tal vez con algún toque de botox por ahí o por alla, pero con el hígado entero.
2. Sé de algunas de esas niñas, que estuvieron en el mismo salón que yo durante tanto tiempo, hoy felices mujeres emburbujadas. Nada las mueve salvo las juntas de padres de familia en las escuelas de sus hijos o el tráfico que se hace en la entrada de su colonia porque al gobernante en turno se le ocurrió construir un puente, qué horror, qué fastidio. Se sienten orgullosas de tener un presidente que porta un traje sin arrugas y medio mastica el inglés, cuya esposa es egresada también de un colegio de monjas. No entienden cómo alguien puede protestar durante un año en contra de un gobierno “que ya todo el mundo reconoció”; un plantón en el Zócalo, qué imagen estamos dando en el exterior, qué pena. No entienden cómo esos de Oaxaca se atrevieron a pintar con graffiti el hermoso centro de la ciudad nomás por estarse muriendo de hambre mientras son ignorados por el gobierno; nacos. No entienden lo ocurrido en Atenco, pero imagínate, gente con machete en las calles, qué bararidad, qué inseguridad. Pero nada de esto les quita el sueño. ¿Pemex? Uy, ojalá se permitiera el capital privado pero ya, no puede ser que en este mundo glo-ba-li-za-do todavía haya quien quiera que estemos como cuando el presidente que expropió el petróleo, ¿cómo se llamaba? Y el campo no está tan mal, en los Wal-Mart hay unos elotes congelados preciosos, amarillitos parejitos como los que se ven en Estados Unidos.
3. ¿Qué hubiera sido de mí si hubiera seguido el camino de esas niñas, el que supuestamente estaba trazado para mí? ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera roto la burbuja, si no hubiera elegido "el camino del mal", si no hubiera ido a la universidad pública, si no hubiera visto frente a mis ojos el estallamiento del movimiento zapatista, el Éxodo por la Democracia desde Tabasco, las denuncias contra el Fobaproa, si no hubiera recorrido comunidades en Chiapas y Oaxaca y Guerrero para descubrir mi intrascendencia y banalidad y el sitio donde reside la verdadera fortaleza de México; si no hubiera tenido que tomar camión todos los días, si me hubiera dedicado a la administración o a la contabilidad en lugar de las letras y hubiera ido a la escuela sin tener que salir corriendo a media clase para llegar al trabajo; si ganara un salario corporativo en lugar de uno "normalito", Sería bien normal, pero talvez sería feliz. No nos engañemos con esa justificación de los jodidos de que los que tienen estabilidad no son felices: tal vez esas mujeres hoy no son muy interesantes, o diversas, o complicadas, pero viven una vida sencilla y es muy, muy probable que se sientan plenas y felices sin hacer mal a nadie, viendo a sus hijos crecer.
4. Si yo fuera una mujer como esas, el pasado 14 de febrero hubiera sido un día memorable. Ese día siete personas del trabajo recibieron una invitación para desayunar con el Gobernador del Estado y por razones que no vienen al caso, me tocó ir. Si yo fuera más "normal", el momento hubiera sido increíble. Seguramente los nervios no me hubieran dejado dormir y hubiera escuchado embelesada cada palabra ensayada que salía de su boca. Si yo fuera diferente no me hubiera decepcionado con la reunión, totalmente controlada, sin posiblidad de decir nada, sólo una reunión de relaciones públicas. No hubiera sentido que perdí mi tiempo.Y no me hubiera embargado la rabia una noche antes al ver cómo un grupo de 500 personas, seleccionadas minuciosamente recibían a su gobernador entre aplausos serviles, elogiando cada una de sus palabras, mientras del otro lado de la calle del lujoso hotel, aguascalentenses de a pie mentándole la madre por todos los escándalos en los que se ha visto envuelto, con profundo dolor me vi entar en el lado equivocado de la calle, entre burbujas, en donde tantas otras mujeres vestidas con sus mejores ropas vivían un momento memorable.
5. Lo digo sinceramente, tal vez con un poco de nostalgia: a veces quisiera vivir en una burbuja. Vivir una vida sencilla, sin complicaciones, con alguien que tomara decisiones por mí; no pensar en los otros, no sentirme agraviada cada vez que el cinismo llena la boca de los que tienen poder y no sentirme aludida cuando la sociedad pierde el rumbo. No sentir tanta amargura. Quisiera que mi conciencia me hubiera llevado a saludar al gobernador con espurio con mi mejor sonrisa, una salida desde el alma; haberme tomado una foto con él que luego colgaría en algún lugar de mi casa para orgullo de mi familia; haberle dicho de corazón “un placer señor gobernador!”. Es más, me gustaría haber mencionado la palabra “gobernador” sin que me supiera a limón, sin tener que contener las ganas de llorar. Pero pues nomás no pude.
2. Sé de algunas de esas niñas, que estuvieron en el mismo salón que yo durante tanto tiempo, hoy felices mujeres emburbujadas. Nada las mueve salvo las juntas de padres de familia en las escuelas de sus hijos o el tráfico que se hace en la entrada de su colonia porque al gobernante en turno se le ocurrió construir un puente, qué horror, qué fastidio. Se sienten orgullosas de tener un presidente que porta un traje sin arrugas y medio mastica el inglés, cuya esposa es egresada también de un colegio de monjas. No entienden cómo alguien puede protestar durante un año en contra de un gobierno “que ya todo el mundo reconoció”; un plantón en el Zócalo, qué imagen estamos dando en el exterior, qué pena. No entienden cómo esos de Oaxaca se atrevieron a pintar con graffiti el hermoso centro de la ciudad nomás por estarse muriendo de hambre mientras son ignorados por el gobierno; nacos. No entienden lo ocurrido en Atenco, pero imagínate, gente con machete en las calles, qué bararidad, qué inseguridad. Pero nada de esto les quita el sueño. ¿Pemex? Uy, ojalá se permitiera el capital privado pero ya, no puede ser que en este mundo glo-ba-li-za-do todavía haya quien quiera que estemos como cuando el presidente que expropió el petróleo, ¿cómo se llamaba? Y el campo no está tan mal, en los Wal-Mart hay unos elotes congelados preciosos, amarillitos parejitos como los que se ven en Estados Unidos.
3. ¿Qué hubiera sido de mí si hubiera seguido el camino de esas niñas, el que supuestamente estaba trazado para mí? ¿Qué hubiera pasado si yo no hubiera roto la burbuja, si no hubiera elegido "el camino del mal", si no hubiera ido a la universidad pública, si no hubiera visto frente a mis ojos el estallamiento del movimiento zapatista, el Éxodo por la Democracia desde Tabasco, las denuncias contra el Fobaproa, si no hubiera recorrido comunidades en Chiapas y Oaxaca y Guerrero para descubrir mi intrascendencia y banalidad y el sitio donde reside la verdadera fortaleza de México; si no hubiera tenido que tomar camión todos los días, si me hubiera dedicado a la administración o a la contabilidad en lugar de las letras y hubiera ido a la escuela sin tener que salir corriendo a media clase para llegar al trabajo; si ganara un salario corporativo en lugar de uno "normalito", Sería bien normal, pero talvez sería feliz. No nos engañemos con esa justificación de los jodidos de que los que tienen estabilidad no son felices: tal vez esas mujeres hoy no son muy interesantes, o diversas, o complicadas, pero viven una vida sencilla y es muy, muy probable que se sientan plenas y felices sin hacer mal a nadie, viendo a sus hijos crecer.
4. Si yo fuera una mujer como esas, el pasado 14 de febrero hubiera sido un día memorable. Ese día siete personas del trabajo recibieron una invitación para desayunar con el Gobernador del Estado y por razones que no vienen al caso, me tocó ir. Si yo fuera más "normal", el momento hubiera sido increíble. Seguramente los nervios no me hubieran dejado dormir y hubiera escuchado embelesada cada palabra ensayada que salía de su boca. Si yo fuera diferente no me hubiera decepcionado con la reunión, totalmente controlada, sin posiblidad de decir nada, sólo una reunión de relaciones públicas. No hubiera sentido que perdí mi tiempo.Y no me hubiera embargado la rabia una noche antes al ver cómo un grupo de 500 personas, seleccionadas minuciosamente recibían a su gobernador entre aplausos serviles, elogiando cada una de sus palabras, mientras del otro lado de la calle del lujoso hotel, aguascalentenses de a pie mentándole la madre por todos los escándalos en los que se ha visto envuelto, con profundo dolor me vi entar en el lado equivocado de la calle, entre burbujas, en donde tantas otras mujeres vestidas con sus mejores ropas vivían un momento memorable.
5. Lo digo sinceramente, tal vez con un poco de nostalgia: a veces quisiera vivir en una burbuja. Vivir una vida sencilla, sin complicaciones, con alguien que tomara decisiones por mí; no pensar en los otros, no sentirme agraviada cada vez que el cinismo llena la boca de los que tienen poder y no sentirme aludida cuando la sociedad pierde el rumbo. No sentir tanta amargura. Quisiera que mi conciencia me hubiera llevado a saludar al gobernador con espurio con mi mejor sonrisa, una salida desde el alma; haberme tomado una foto con él que luego colgaría en algún lugar de mi casa para orgullo de mi familia; haberle dicho de corazón “un placer señor gobernador!”. Es más, me gustaría haber mencionado la palabra “gobernador” sin que me supiera a limón, sin tener que contener las ganas de llorar. Pero pues nomás no pude.
sábado, febrero 16, 2008
Sueños
Dicen que todos los sueños tienen un significado: que si se muere alguien, se va a casar, que si se casa alguien, se va a morir, que si el agua está turbia, hay problemas y que si no, va a llegar cúpido a flecharte.
Yo intento descifrar aquello que soñé anoche: una de mis amigas de la preparatoria en la fila de Wal-Mart, vestida de negro, con un mechón rojo, como una versión region 4 de un punk, discutiendo con un tipo y su madre sobre si debían comprar sabritas o ruffles.
Yo los miraba muerta de hambre desde un pasillo donde lentamente y, sin que nadie me viera, abría un pastel de chocolate y lo comía con una cuchara de plástico con palito de cuello de jirafa.
Minutos más tarde, me encontraba con la misma amiga cantando en una azotea de un edificio, comiendo barras de chocolate Hershey's.
Me pregunto si seré una psicópata que disfruta ver discusiones, si habré querido ser cantante toda mi vida o si tengo un complejo de cirquera que no he aceptado todavía.
O a lo mejor, la vida es mucho más sencilla que eso: sólo me fui a dormir con el estómago vacío.
Moraleja: ¿Para qué carajos preguntarse todo?
Vive ligero. (Y come antes de dormir.)
Yo intento descifrar aquello que soñé anoche: una de mis amigas de la preparatoria en la fila de Wal-Mart, vestida de negro, con un mechón rojo, como una versión region 4 de un punk, discutiendo con un tipo y su madre sobre si debían comprar sabritas o ruffles.
Yo los miraba muerta de hambre desde un pasillo donde lentamente y, sin que nadie me viera, abría un pastel de chocolate y lo comía con una cuchara de plástico con palito de cuello de jirafa.
Minutos más tarde, me encontraba con la misma amiga cantando en una azotea de un edificio, comiendo barras de chocolate Hershey's.
Me pregunto si seré una psicópata que disfruta ver discusiones, si habré querido ser cantante toda mi vida o si tengo un complejo de cirquera que no he aceptado todavía.
O a lo mejor, la vida es mucho más sencilla que eso: sólo me fui a dormir con el estómago vacío.
Moraleja: ¿Para qué carajos preguntarse todo?
Vive ligero. (Y come antes de dormir.)
viernes, febrero 15, 2008
lunes, febrero 11, 2008
Testimonial
No soy aficionada a salir de antro los fines de semana.
Prefiero, salir a cafecitos porque ahí es más fácil echar el chisme de la semana, platicar lo que nos angustia, celebrar lo que nos sale bien y, por supuesto, decir chistes estúpidos que nos hacen la noche.
He ahí que hace mucho tiempo que no salía a uno de esos lugares de mala fama (ajá) donde se llena de chavitos de 18 años que me hacen sentir doña cuando, afortunadamente, no me sé las nuevas rolas de reggaeton.
En fín, ayer me sonsacaron para salir y pensé: "¿qué carajos puede pasar? Voy con mis amigos y eso es lo que importa." Bueno, me he divertido como quinceañera en su primera fiesta sin papás: bailé durante horas como si trajera hormigas en los pies, canté hasta que quedé afónica y hoy no aguanto la rodilla izquierda por el manejo de zapatos de tacón teibolero.
Escribo ésto como testimonial de que no soy tan doña, que todavía tengo el don camaleónico de divertirme a dónde vaya y, por supuesto, que agradezco eternamente que mis amigos lo sean. (Ah, sí, también lo escribo para decirles que no esperen que ésto pase todos los fines de semana porque mis articulaciones no lo soportarían. ¡Piedad!)
Prefiero, salir a cafecitos porque ahí es más fácil echar el chisme de la semana, platicar lo que nos angustia, celebrar lo que nos sale bien y, por supuesto, decir chistes estúpidos que nos hacen la noche.
He ahí que hace mucho tiempo que no salía a uno de esos lugares de mala fama (ajá) donde se llena de chavitos de 18 años que me hacen sentir doña cuando, afortunadamente, no me sé las nuevas rolas de reggaeton.
En fín, ayer me sonsacaron para salir y pensé: "¿qué carajos puede pasar? Voy con mis amigos y eso es lo que importa." Bueno, me he divertido como quinceañera en su primera fiesta sin papás: bailé durante horas como si trajera hormigas en los pies, canté hasta que quedé afónica y hoy no aguanto la rodilla izquierda por el manejo de zapatos de tacón teibolero.
Escribo ésto como testimonial de que no soy tan doña, que todavía tengo el don camaleónico de divertirme a dónde vaya y, por supuesto, que agradezco eternamente que mis amigos lo sean. (Ah, sí, también lo escribo para decirles que no esperen que ésto pase todos los fines de semana porque mis articulaciones no lo soportarían. ¡Piedad!)
Gracias
Hoy he crecido enormemente en mi vida.
Parece que finalmente creer en un sueño y hacer todo lo que se puede para cumplirlo da resultado. He cumplido el primer paso de muchos que, si Dios me lo permite, han de venir.
Hoy escribo para agradecerle eternamente a todos aquellos que han sido partícipes de esta historia que por fín ha dado frutos; a los que están, a los que estuvieron, a los que me dan fuerza, a los que me obligan a seguir creyendo, a mis niños que me dan la luz para luchar, a mis grandes que me apoyan en las decisiones fuertes, a los que han limpiado mis lágrimas y compartido mis sonrisas, a los que me hicieron renegar y a los que me hicieron caer al suelo de risa, a todos los que me han querido, a todos los que me quieren, a los que han rezado por mí, a los que han sido compañeros de trabajo, a los que se han desvelado conmigo sólo para hacerme compañía, a los que me han llamado para despertarme cuando no he querido hacerlo, a los que me visitan, a los que me llaman; a todos ustedes, amigos, porque sin ustedes ésto no sería posible.
A todos los que me hacen vivir todos los días; a F, por enseñarme que hay que luchar hasta el final; a L, por cuidarme en las noches de enfermedad; a K, por enseñarme que el dinero no lo es todo; a F, por enseñarme que el dinero aliviana; a M, por haber estado en las buenas, las malas y las peores; a C, por ser una amiga que siempre tiene una oreja para escuchar; a G, por ser tan frío y decir las cosas como son; a V, por la eterna carcajada y el chiste hasta en los peores momentos; a C, por enseñarme que todavía se puede volar; a M, por recordarme que siempre hay una estrella para alcanzar; a A, por recordarme lo lindo que es imaginar; a M, por enseñarme que vivir no siempre es agradable pero que tiene sus hermosos momentos que valen la pena; a P, por mandarme ofertas de trabajo para verme crecer; a S, porque a pesar de estar lejos está muy cerca de mí; a Z, por demostrarme que se puede seguir adelante frente a cualquier adversidad; a M, por enseñarme que hay cosas que nos tienen que valer madre; a A, por sus sermones sobre lo inteligente que soy; a J, por hacerme entender que voy a llegar lejos; a K, por ser amiga aunque a veces yo no lo he sido para ella; a M, que me despierta a media noche sólo para saber si estoy bien; a H, por sus regaños cuando la riego; a C, por su abrazo incondicional; a A, por su consejo semestral; a C, que me ha hecho hasta bailar cuando estoy triste...
Los amo con todo mi corazón.Gracias por estar conmigo.
Parece que finalmente creer en un sueño y hacer todo lo que se puede para cumplirlo da resultado. He cumplido el primer paso de muchos que, si Dios me lo permite, han de venir.
Hoy escribo para agradecerle eternamente a todos aquellos que han sido partícipes de esta historia que por fín ha dado frutos; a los que están, a los que estuvieron, a los que me dan fuerza, a los que me obligan a seguir creyendo, a mis niños que me dan la luz para luchar, a mis grandes que me apoyan en las decisiones fuertes, a los que han limpiado mis lágrimas y compartido mis sonrisas, a los que me hicieron renegar y a los que me hicieron caer al suelo de risa, a todos los que me han querido, a todos los que me quieren, a los que han rezado por mí, a los que han sido compañeros de trabajo, a los que se han desvelado conmigo sólo para hacerme compañía, a los que me han llamado para despertarme cuando no he querido hacerlo, a los que me visitan, a los que me llaman; a todos ustedes, amigos, porque sin ustedes ésto no sería posible.
A todos los que me hacen vivir todos los días; a F, por enseñarme que hay que luchar hasta el final; a L, por cuidarme en las noches de enfermedad; a K, por enseñarme que el dinero no lo es todo; a F, por enseñarme que el dinero aliviana; a M, por haber estado en las buenas, las malas y las peores; a C, por ser una amiga que siempre tiene una oreja para escuchar; a G, por ser tan frío y decir las cosas como son; a V, por la eterna carcajada y el chiste hasta en los peores momentos; a C, por enseñarme que todavía se puede volar; a M, por recordarme que siempre hay una estrella para alcanzar; a A, por recordarme lo lindo que es imaginar; a M, por enseñarme que vivir no siempre es agradable pero que tiene sus hermosos momentos que valen la pena; a P, por mandarme ofertas de trabajo para verme crecer; a S, porque a pesar de estar lejos está muy cerca de mí; a Z, por demostrarme que se puede seguir adelante frente a cualquier adversidad; a M, por enseñarme que hay cosas que nos tienen que valer madre; a A, por sus sermones sobre lo inteligente que soy; a J, por hacerme entender que voy a llegar lejos; a K, por ser amiga aunque a veces yo no lo he sido para ella; a M, que me despierta a media noche sólo para saber si estoy bien; a H, por sus regaños cuando la riego; a C, por su abrazo incondicional; a A, por su consejo semestral; a C, que me ha hecho hasta bailar cuando estoy triste...
Los amo con todo mi corazón.Gracias por estar conmigo.
Estatus
Hoy tuve uno de esos días difíciles en los que más me valía contar hasta el mil para no perder el glamour; de esos días en que a uno le dan ganas de gritarle a alguien que es un pendejo y de darle un golpe a otro por seguirle la corriente. Aunque lo difícil, debo confesar, no fue eso sino tener que autocontrolarme para no hacerlo.
Odio no poder explotar mis emociones pero sé que lo tengo que hacer por el bien común. Otra vez quisiera ser adolescente para tener esa magia de mandar todo al carajo y no medir las consecuencias de hacerlo, pero no. La verdad es que tengo una chamba en la que me va bien y en la que tengo que aprender a medirme.
A pesar de mis corajes matutinos, vespertinos y nocturnos, siempre intento verle el lado bueno a las cosas. Y hoy, en especial, recordé a un amigo que siempre le veía la buena vibra a las cosas y yo, refunfuñando, le decía: "Me cagas por optimista."
Tengo veintidiez años y he llegado al punto que visualicé hace un par de años atrás. Mis amigos dicen que soy la vieja más chambeadora que conocen. Yo creo que no es que sea chambeadora sino que ahora tengo claro hacia dónde voy y qué es lo que quiero. Habiendo llegado a donde estoy, ahora estoy hambrienta de más.
Odio no poder explotar mis emociones pero sé que lo tengo que hacer por el bien común. Otra vez quisiera ser adolescente para tener esa magia de mandar todo al carajo y no medir las consecuencias de hacerlo, pero no. La verdad es que tengo una chamba en la que me va bien y en la que tengo que aprender a medirme.
A pesar de mis corajes matutinos, vespertinos y nocturnos, siempre intento verle el lado bueno a las cosas. Y hoy, en especial, recordé a un amigo que siempre le veía la buena vibra a las cosas y yo, refunfuñando, le decía: "Me cagas por optimista."
Tengo veintidiez años y he llegado al punto que visualicé hace un par de años atrás. Mis amigos dicen que soy la vieja más chambeadora que conocen. Yo creo que no es que sea chambeadora sino que ahora tengo claro hacia dónde voy y qué es lo que quiero. Habiendo llegado a donde estoy, ahora estoy hambrienta de más.
Bichos en el parabrisas
Cuando me disponía a encender el carro, ví que había bichos muertos embarrados al vidrio. ¿Cómo habrán venido a dar hasta mi parabrisas? (Obvio: la velocidad, el viento y esas cosas, pero hablo en una onda metafórica fumada.)
Y pensé: No joda, éstos por despistados dejaron sus gotitas (para ellos gototas, supongo) de sangre en mi cristal.
Y la vida se te va volando... hasta que te mueres.
Así que empiezo este día, sin ton, son, ni inspiración cursi pero con ganas de contar de mí justamente quien no soy. Porque aquél que pase el tiempo desvariando y dando por cierto todo lo que lee, es justamente el que no está alerta de lo que verdaderamente pasa y acaba, por supuesto, como bicho en mi ventana.
Y pensé: No joda, éstos por despistados dejaron sus gotitas (para ellos gototas, supongo) de sangre en mi cristal.
Y la vida se te va volando... hasta que te mueres.
Así que empiezo este día, sin ton, son, ni inspiración cursi pero con ganas de contar de mí justamente quien no soy. Porque aquél que pase el tiempo desvariando y dando por cierto todo lo que lee, es justamente el que no está alerta de lo que verdaderamente pasa y acaba, por supuesto, como bicho en mi ventana.
Memorandum
Lo dificil no es arriesgar todo por nada...
...sino tener claro que es todo y que es nada.
viernes, febrero 01, 2008
El cumpleaños de Aleidita
Ah qué rico estaba el pulque de avena!!
Resulta imposible imaginar una celebración de Aleidita, sin pulque!! El néctar del maguey es parte de su vida, así que para festejar sus 27 lunas y soles, los pulquitos fueron imprescindible compañía.
Ella ya llegó a casa, con unos cuantos litros encima (no voy a decir cuantos, tampoco se trata de espantar a nadie, jejeje), y claro llegó volando, contenta, dicharachera, con tiempo para darse un baño, ponerse linda (bueno, para eso con medio segundo le basta, es linda por naturaleza), ir a comprar papas, chicharrones, cosas de esas y sentarse tranquilamente a esperar que llegaran sus invitados.
Fue una reunión de verdadero petit comité, por cierto, el pulque de avena estaba delicioso!!...el primero en tocar a la puerta fue Cambero, el de los ojitos bellos, la sonrisa seductora, el poeta, el que se desaparece, y cuando aparece todo se olvida. Al ratito apareció Lupita, todo mundo debería tener una Lupita!! todo lo sabe, todo lo resuelve, sabe querer de a de veras y uno no tiene más remedio que adorarla. Ah!! y llegó Ernesto!!, con un pastel de manzana, que después comprobamos era delicioso (casi tanto como el pulque de avena), lleno de sonrisas, de abrazos, de besos...con el amor que se le escapa por la mirada, con su encanto especial. No podían faltar los poliamores: Agus y David, los conozco desde siempre, pero voy queriéndolos más cada día; en una maravillosa jugada del destino, se han convertido en compitas, amigos, mosqueteros de la Princesa Virgen del Arrabal Primera, osea, Aleidita. Sólo faltaba el tocayo, y tarde pero seguro, se hizo presente, sé que a Ale le dio gusto verlo, pero puedo asegurar que si a alguien le iluminó los ojos, la sonrisa, el alma, fue a mi!! me dio tanta alegría verlo, sus besos, sus abrazos...casi el mismo gusto, que disgusto me dio, darme cuenta que el pulque de avena se estaba terminando.
La pasamos tan bien!! platicamos, reimos, escuchamos música variadita, cantamos a José Alfredo, tomamos fotos, salió la guitarra, que mágico es cuando Ernesto hace música!! y llegó la hora de partir el pastel, de cantar las mañanitas, de resignarme a que ya no hubiera pulque de avena.
Noche linda, lindísima, divertida; como de costumbre, de hermosa costumbre, llena de amor, de personas buenas, de confianza.
Fue el día, la noche, de Aleidita, tengo noticias que lo disfrutó, que lo sigue disfrutando...apenitas lo que merece!!
No sé si ya lo comenté, pero el pulque de avena, estaba muy sabroso!!! Por si queda alguna duda, me en-can-tó!!
Resulta imposible imaginar una celebración de Aleidita, sin pulque!! El néctar del maguey es parte de su vida, así que para festejar sus 27 lunas y soles, los pulquitos fueron imprescindible compañía.
Ella ya llegó a casa, con unos cuantos litros encima (no voy a decir cuantos, tampoco se trata de espantar a nadie, jejeje), y claro llegó volando, contenta, dicharachera, con tiempo para darse un baño, ponerse linda (bueno, para eso con medio segundo le basta, es linda por naturaleza), ir a comprar papas, chicharrones, cosas de esas y sentarse tranquilamente a esperar que llegaran sus invitados.
Fue una reunión de verdadero petit comité, por cierto, el pulque de avena estaba delicioso!!...el primero en tocar a la puerta fue Cambero, el de los ojitos bellos, la sonrisa seductora, el poeta, el que se desaparece, y cuando aparece todo se olvida. Al ratito apareció Lupita, todo mundo debería tener una Lupita!! todo lo sabe, todo lo resuelve, sabe querer de a de veras y uno no tiene más remedio que adorarla. Ah!! y llegó Ernesto!!, con un pastel de manzana, que después comprobamos era delicioso (casi tanto como el pulque de avena), lleno de sonrisas, de abrazos, de besos...con el amor que se le escapa por la mirada, con su encanto especial. No podían faltar los poliamores: Agus y David, los conozco desde siempre, pero voy queriéndolos más cada día; en una maravillosa jugada del destino, se han convertido en compitas, amigos, mosqueteros de la Princesa Virgen del Arrabal Primera, osea, Aleidita. Sólo faltaba el tocayo, y tarde pero seguro, se hizo presente, sé que a Ale le dio gusto verlo, pero puedo asegurar que si a alguien le iluminó los ojos, la sonrisa, el alma, fue a mi!! me dio tanta alegría verlo, sus besos, sus abrazos...casi el mismo gusto, que disgusto me dio, darme cuenta que el pulque de avena se estaba terminando.
La pasamos tan bien!! platicamos, reimos, escuchamos música variadita, cantamos a José Alfredo, tomamos fotos, salió la guitarra, que mágico es cuando Ernesto hace música!! y llegó la hora de partir el pastel, de cantar las mañanitas, de resignarme a que ya no hubiera pulque de avena.
Noche linda, lindísima, divertida; como de costumbre, de hermosa costumbre, llena de amor, de personas buenas, de confianza.
Fue el día, la noche, de Aleidita, tengo noticias que lo disfrutó, que lo sigue disfrutando...apenitas lo que merece!!
No sé si ya lo comenté, pero el pulque de avena, estaba muy sabroso!!! Por si queda alguna duda, me en-can-tó!!
Agradecimiento
Estas pobres letras sólo son un pequeño regalo, una pequeña muestra de agradecimiento por permitirme descubrirte y encontrar en ti una persona hermosa por dentro y por fuera, bella de pies a cabeza y con un corazón enorme y lleno de amor.No te conocí antes de que te convirtieras en una madre maravillosa, pero estoy segura que la maternidad ha dispuesto tu corazón al amor mucho más de lo que estaba antes.Tú y yo sabemos que cuando Dios decide cruzar las sendas de las personas siempre tiene un propósito al hacerlo.En este caso tus letras y las mías fueron los hilos conductores que nos llevaron en algún momento a intercambiar palabras directas y así poco a poco, verso a verso me fuiste convirtiendo en tu "Comandante Azul" y te aseguro que estoy feliz con el rango que me has otorgado.
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