Dicen que todos los sueños tienen un significado: que si se muere alguien, se va a casar, que si se casa alguien, se va a morir, que si el agua está turbia, hay problemas y que si no, va a llegar cúpido a flecharte.
Yo intento descifrar aquello que soñé anoche: una de mis amigas de la preparatoria en la fila de Wal-Mart, vestida de negro, con un mechón rojo, como una versión region 4 de un punk, discutiendo con un tipo y su madre sobre si debían comprar sabritas o ruffles.
Yo los miraba muerta de hambre desde un pasillo donde lentamente y, sin que nadie me viera, abría un pastel de chocolate y lo comía con una cuchara de plástico con palito de cuello de jirafa.
Minutos más tarde, me encontraba con la misma amiga cantando en una azotea de un edificio, comiendo barras de chocolate Hershey's.
Me pregunto si seré una psicópata que disfruta ver discusiones, si habré querido ser cantante toda mi vida o si tengo un complejo de cirquera que no he aceptado todavía.
O a lo mejor, la vida es mucho más sencilla que eso: sólo me fui a dormir con el estómago vacío.
Moraleja: ¿Para qué carajos preguntarse todo?
Vive ligero. (Y come antes de dormir.)
sábado, febrero 16, 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Hola aprendiz,
No conocía tu blog. Muy interesante: me gusta mucho el sentido de lo que esribes y la forma en que lo haces. Creo que me voy a sar a la tarea de leer lo que has escrito a plzos. Saludos,
Jorge.
Coincido en eso de "para qué carajos preguntarse todo".
Tal vez éso sólo porque se trata de "sueños".
Publicar un comentario